
Se intuía, e incluso se llegó a anunciar en julio del año pasado. El Ayuntamiento de El Campello estaba “convencido” de que el proceso de regularización de titulares de derechos funerarios en nichos y panteones del Cementerio Municipal llevaría a la recuperación de decenas de enterramientos, como así ha sido.
El concejal de Cementerio, Cristian Palomares, está ya en disposición de anunciar que, entre los nuevos nichos construidos o en proceso de construcción, y los que se han recuperado ahora por diversos motivos, el municipio elimina por años el problema de falta de espacio para enterramientos que preocupaba, “y mucho”, al equipo de gobierno. “Ya tenemos garantizados nichos, y eso de verdad que me tranquiliza, como tranquilizará a la población en su conjunto”, señala el edil.
La falta de espacio en el Cementerio Municipal ha sido una preocupación que ha ido “in crescendo” conforme pasaba el tiempo y la población crecía imparable. Ha habido momentos, incluso, en que resultaba “imposible” acoger nuevos enterramientos, salvo en los casos de derechos adquiridos sobre nichos vacíos, panteones particulares o columbarios. El camposanto comenzó a prestar servicio en el año 1937, en plena Guerra Civil, y se calcula que acoge a más de 6.000 difuntos.
SITUACIÓN “PREOCUPANTE”
La situación era ciertamente preocupante, lo que llevó a Cristian Palomares a disponer la construcción urgente de nichos en espacios libres. El agosto de 2024 se construyeron 15 unidades, y en marzo de este año se licitó la redacción del proyecto para construir otros 120, además de mejorar la accesibilidad del recinto y adecuar aseos y espacios de uso público del Cementerio Municipal.
Esas 135 unidades daban un “respiro” al Ayuntamiento. En El Campello, con más de 31.000 habitantes censados ya, se necesitan una media de 37 unidades de enterramientos anuales, incluyendo columbarios.
Las visitas al camposanto del alcalde, Juanjo Berenguer, y del concejal al que transfirió al área de Cementerio, Cristian Palomares, han sido una constante en los últimos años. Unas veces, para localizar y decidir espacios donde construir nuevos nichos (siempre contando con la opinión del personal municipal encargado de las instalaciones, que conocen como su propia casa), y otras para comprobar “in situ” que, efectivamente, había decenas de ellos que podían considerarse en situación de “abandono”, la mayoría de ellos ocupados por personas que fallecieron hace décadas.
Palomares encargó en el verano de 2024 a una empresa especializada un concienzudo estudio de revisión, identificación de titulares y situación de conservación de la totalidad de los nichos, panteones y columbarios del Cementerio Municipal, un inventario concienzudo para elaborar un registro exacto al objeto de poner en marcha los derechos funerarios y recuperar los espacios vacíos o de titularidad desconocida.
El primer paso consistió en dividir el camposanto en calles, avenidas y pabellones, para después hacer recuento de panteones, altura y filas de nichos, registrando cada nombre y fecha de enterramiento, al objeto de dar forma a un registro oficial exhaustivo, ya que se daba la circunstancia de que algunos particulares habían cambiado por su cuenta la numeración de los enterramientos, que no coincidía con la documentación en poder del Ayuntamiento.
Las sorpresas llegaron pronto. Como se intuía, había nichos ocupados sin los mínimos datos que identificaran a sus ocupantes, y las unidades vacías podían superar el centenar, lo que implicaba un ingente trabajo para determinar derechos funerarios.
REGULARIZACIÓN
Además, con la entrada en vigor de la nueva ordenanza municipal reguladora del Cementerio Municipal, tramitada por la concejalía y aprobada por el Pleno, el alcalde Juanjo Berenguer emitió en junio de este año 2025 un decreto por el que se emplazaba a todos los ciudadanos con concesiones en el camposanto a regularizar la titularidad y designar un responsable de las unidades de enterramiento existentes: nichos, panteones, columbarios, parcelas y demás sepulturas.
El proceso debía finalizar en septiembre, pero se decidió ampliar el plazo por tratarse de un tema “delicado” que afecta a los más profundos sentimientos de las personas, de forma que de momento se mantiene abierto ese plazo. El objetivo no es otro que paliar el problema real de espacio. El propio Reglamento tiende a optimizar la capacidad del camposanto, una vez que hay nichos cuya propiedad se desconoce.
El llamamiento a la población ha surtido efecto. Centenares de familias han formalizado sus derechos funerarios, designando formalmente responsables presentes y futuros de los enterramientos, de forma que se ha conseguido elaborar un padrón concienzudo y, más allá de eso, se ha puesto solución a la carencia de nichos.
El proceso ha permitido recuperar decenas de espacios de enterramiento, algo que ha sido posible por muy diversos motivos, entre los que destacan las familias que han desistido de la titularidad, otras que han optado por agrupar en un mismo nicho a varios familiares, y las que directamente han cedido al Ayuntamiento sus derechos tras haber decidido no hacer uso de esos espacios que tenían reservados a futuro. Una ha comunicado que renuncia al recinto que hoy ocupa un panteón familiar, suelo sobre el que podrán construirse una veintena de nichos más.
Según señala el concejal Cristian Palomares, “estamos hablando quizás de más de medio centenar de enterramientos, a los que se podrían sumar otros muchos en el caso de no localizar a familiares de los que llevan décadas sin que nadie los visite”.
El proceso no ha finalizado, ya que toda la ingente información recabada será ahora sometida a un proceso archivo con un programa informático especial, “pero sí podemos decir que hemos puesto solución a ese problema acuciante que teníamos”, concluye el edil.
NUEVAS INSTALACIONES
Mientras, avanza el procedimiento administrativo y técnico para concluir el expediente que llevará a la construcción de un nuevo cementerio, de grandes proporciones, con una superficie aproximada de 90.000 metros cuadrados en la partida rural conocida con el nombre de “El Corral de la Macoca”, sita en el margen derecho de la carretera El Campello-Busot.
El nuevo cementerio es una apuesta personal del alcalde, Juanjo Berenguer, incluida en el Plan de Inversiones aprobado por el Pleno Municipal. Para mayor celeridad, el Ayuntamiento prevé dividir la obra en fases, siendo las prioritarias los accesos, el aparcamiento y el primer millar de enterramientos.