
La conocida como “Cena del Pobre” combina costumbre popular, creencias simbólicas y ambiente festivo, y marca la velada del 21 de diciembre en distintas localidades alicantinas, especialmente en las comarcas de L’Alcoià y El Comtat. En El Campello, esta celebración se incorporó hace ya bastante tiempo gracias al impulso de la Cofradía del Santo Entierro, que ahora bajo la presidencia de Josefina Sánchez Burgos, mantiene viva cada año la invitación sin distinción a cualquier persona que desee participar, abriendo completamente sus instalaciones.

Durante la noche de ayer, el rito volvió a cumplirse. Miembros de la cofradía, junto a residentes del municipio, colocaron una extensa mesa repleta de comida y refrescos en la calle Mayor. Antes de comenzar a comer, el sacerdote Pedro Juárez realizó la bendición tanto de los alimentos como del Belén, una obra que la Cofradía expone anualmente tras un escaparate y que recibe la admiración de numerosos visitantes por su cuidada elaboración artesanal.

La “Cena del Pobre” se celebra la noche del 21 de diciembre, justo la víspera del sorteo extraordinario de la Lotería de Navidad. La idea tradicional es que esa sea la “última noche como pobre”, cenando algo sencillo y humilde, antes de que la suerte cambie si se obtiene un premio importante al día siguiente. Se trata de un encuentro entre amistades y núcleos familiares para compartir la mesa.
El menú tradicional de este conocido sopar del pobre suele incluir sardinas en salazón, huevos de codorniz y tomate deshidratado. Aunque se trata de una comida modesta, en esta ocasión la oferta fue algo distinta, incluyendo una barbacoa improvisada, donde habilidosos cocineros y cocineras asaron embutidos que ofrecieron generosamente tanto a los participantes como a transeúntes, dejando claro el gran espíritu de convivencia, con ganas de compartir y disfrutar junto a todos.

Durante la cena, el ambiente se animó con cantos rítmicos interpretados por miembros de la Cofradía, que entonaron villancicos como “La Marimorena”, llenando el espacio de risas y buen humor.
Y, fiel a la costumbre, el encuentro contó también con presencia institucional. En esta ocasión asistió la concejala de Fiestas y Tradiciones, Marisa Navarro, quien participó activamente en los preparativos para el disfrute de todos los asistentes.

