
A pocos días de que comiencen las fiestas de Moros y Cristianos, hablamos con Rafael García, alcalde de Mutxamel
¿Qué significan para Mutxamel las fiestas de Moros y Cristianos, tanto a nivel cultural como social?
A nivel cultural, son la muestra cultural más importante del municipio. Son unas fiestas que tienen su origen en la devoción a la virgen, empiezan con la soldadesca y luego ya se desarrollan a festejos de Moros y Cristianos. Tienen más de siglo y medio de historia pero podemos irnos hasta el siglo XVI con las soldadescas. Son un impacto cultural total, ya que afecta a una industria que hay alrededor.
Socialmente nos cohesiona como ciudad. Las fiestas nos unen, nos ayudan a olvidar el día a día y conformamos una realidad diferente y donde sale lo mejor de nosotros. La fiesta en ningún caso puede caer en la división y en la discordia por que perdería su sentido. Tenemos que trabajar en mantener esa unión que es la clave de nuestras fiestas.
¿Qué hace únicas las fiestas de Mutxamel respecto a otras celebraciones similares en la provincia o en la Comunitat Valenciana?
Nos hace diferentes ese sentimiento de generosidad y de compartir. No todas las fiestas tienen ese sentimiento y Mutxamel lo tiene. Lo característico es que esa generosidad sale desde los propios festeros que con su cuota festera dejan una parte para que sea pública y compartida por todos en los aperitivos y en la vida de las barracas. Otra de las características que nos diferencia es que muchas fiestas son de fuera hacia dentro, en Mutxamel la fiesta es al exterior, es a la calle, a vivirla públicamente, tenemos muchos desfiles y es una explosión de luz, sonido y de alegría compartida.
Se está trabajando para conseguir la declaración de Interés Turístico Nacional, ¿Cómo se encuentra este tema?
El expediente de Interés Turístico Nacional tiene unas características muy definidas y estamos trabajando en conseguir todos esos ítems. Hay una parte de publicidad que tiene que trascender la comarca, la provincia y la comunidad y que tiene que ir a medios nacionales y que estamos haciendo una campaña importante. Creemos que las fiestas de Mutxamel, por historia, por vinculación con la ciudad y por impacto, merecen ese tratamiento. Hay un trabajo importante que se está llevando a cabo desde la concejalía de fiestas, comunicación y alcaldía para que sea una realidad.
También se está trabajando mucho desde la Comisión, no hay que olvidar que la fiesta la organizan los propios festeros, con la colaboración con el Ayuntamiento como no puede ser de otra forma
Además del impacto cultural y festero, ¿Qué supondría en términos económicos y turísticos alcanzar esta declaración?
El primer impacto es que te valoren. A veces lo nuestro lo vemos pequeño o de menos. Sin embargo tenemos algo que nos hace diferentes y que nos posiciona y que en el entorno nos hace decir que Mutxamel tiene este elemento diferenciador. Además también aparecen una serie de subvenciones que dependen de ministerios o consellerias que ahora no podemos optar y si lo conseguimos podríamos hacerlo. Nuestras fiestas son más que centenarias y han sabido tener una esencia particular y diferenciadora del entorno.
¿Qué mensaje le gustaría trasladar a quienes aún no conocen las fiestas de Moros y Cristianos de Mutxamel para animarles a vivirlas?
A mi me gusta mucho invitar a la todo el mundo a la entrada de bandas, al himno y después al barraqueo y que luego se queden a la entrada que es muy bonita pero si se vive todo el día se entiende y se vive todo mejor.
Fuera de la entrada, ¿que acto le gusta más?
A mi me gusta mucho el día de la virgen. Por decirlo de alguna forma, el día de la Virgen, en Mutxamel se vive como un día de Navidad en verano. Es un día de amigos y familia, por la mañana con la ofrenda y es el primer impacto de la fiesta. Otro acto que me emociona es la embajada del tercer día, cuando sale la Virgen del castillo, es un momento festero muy bonito.
¿Qué retos tienen las fiestas de Mutxamel en los próximos años?
Principalmente tenemos que mantener las esencias pero eso nunca podemos interpretarlo como inmovilismo. Las esencias son lo nos caracteriza, pero nos tenemos que adaptar a los tiempos y tenemos la suerte de que tenemos a los que nos han precedido. A principios del siglo XX se deció cambiar la fiesta a septiembre, luego en los 60/70 decidieron que la entrada fuera el día 10. La fiesta se ha ido adaptando a las necesidades de la sociedad del momento. Mantener las esencias de la fiesta, sin caer en el inmovilismo y adaptarlas. El gran reto es mantenernos unidos. La fiesta si se divide y se entra en la discordia va a perder su sentido y si pierde su sentido, pierde su esencia.
¿Que le hace falta a Mutxamel para que la fiesta siga creciendo?
Nos hace falta infraestructura festera. Eso quiere decir que le hace falta una parte de feria para familias que no son festeras pero quieren vivir la fiesta. Igual habría que darle una vuelta a la barraca popular. Los festeros si salen por la noche van a las barracas pero tenemos que pensar que Mutxamel tiene 30.000 habitantes y tenemos que general polos de atracción para esos vecinos.
Un mensaje para vecinos, festeros y visitantes
Para los visitantes, que vengan a ver un espectáculo en la calle, que vengan a los actos que son públicos como pueden ser los conciertos y las verbenas y los tardeos o mascletás. A los vecinos les digo que salgan a la calle, que pongan su mejor cara, que se que lo van a hacer, que tengan paciencia que a veces convivir con la fiesta no es fácil y a los festeros les pido que vivan cada momento con intensidad, que vivan la fiesta siempre desde el respeto, que ejerzan de mutxameleros que quieren su pueblo, que la cuiden. En general a todos, que las fiestas sean un signo de orgullo de Mutxamel, que creo que lo es, un lugar de encuentro, que también lo es y que nos ayude a salir del día a día, encontrarnos con los que no vemos siempre y que tengamos esa alegría compartida que nos caracteriza.