
Un detalle que caracteriza a las fiesta de Moros y Cristianos de El Campello, en pleno desarrollo y que finalizarán el miércoles, es la puntualidad con la que se celebran los actos, producto sin duda de una organización perfecta en la que se implican muchas personas bajo la dirección de la Junta Festera que preside Alejandro Sánchez y la concejalía de Fiesta y Tradiciones que dirige Marisa Navarro.
Hoy ha habido otro ejemplo de ello, con la embajada cristiana frente al castillo festero, la posterior batalla y la reconquista que convierte de nuevo al municipio en plaza ganada para la Cristiandad, cumpliéndose así un rito más de una trilogía festera majestuosa, impactante y penetrante con una liturgia escrupulosa que la convierten en un espectáculo muy vistoso y cargado de contenido histórico.
El pueblo sigue con la vista puesta en el cielo. Aunque minutos antes del acto chispeaba, el sol ha hecho acto de presencia y la Plaza de Christol Lez Ales donde está instalado el castillo ha alcanzado el overbooking, así como las dos calles que recaen en ella.
Festeros y festeras han recreado a los espectadores, ofreciendo un ambiente que trasladaba a la época de dominio sarraceno, escenificando estampas muy visuales, mientras los arcabuces sonaban con fuerza y las bandas de música llegaban cada cinco minutos para animar todavía más la mañana.
Lucha estruendosa y feroz ha dado paso a una embajada en la que los representantes de ambos bandos han narrado acontecimientos históricos. “Ayer cayeron mis valientes, que en lucha a cara o cruz el alma dieron a Dios…”. Así empieza el texto de la embajada cristiana, que acaba con la toma de la atalaya por los cristianos, liberando a una población sometida durante dos jornadas por las tropas moras, poniendo punto y final al predominio musulmán.
Las embajadas de El Campello, escritas y declamadas en valenciano desde su inicio hace 40 años, son fieles al acontecimiento histórico, y tienen la particularidad de que cada año los embajadores son distintos al anterior, lo que suscita todo el interés festero por comprobar cómo lo hacen los protagonistas.
Este año, han sacado nota Abel Abel Varó Ivorra, por el bando cristiano (Cavallers de Conquesta), y José Manuel Gomis Ramón por el moro, representando a la comparsa Non Bebec, que han puesto en valor su representación perfectamente medida en tiempos, silencios, tonos de voz.
Antes de la embajada, El Campello ha despertado con un estruendoso alardo, con decenas de arcabuceros disparando al aire por las calles del centro y avisando a todos de que la fiesta continúa y nos espera en la calle, comparsas y barracas.