Mario Sáez (@foodingsanvicente)
La reciente apertura hamburguesera tiene una pinta que no podíamos resistir más la tentación de ir a probarlas.
Si hay nachos, se comen nachos. Esta versión de uno de los entrantes más conocidos trae carne picada, pico de gallo, salsa cheddar, crema de queso con jalapeño y guacamole, todo casero menos los totopos, una pena que no fueran caseros. Desde el minuto uno dejan un toque picante en boca muy agradable.
Pasamos a lo fuerte y vamos de menos a más. La trufada se las prometía muy bien con la combinación de queso de oveja ahumado y la mayonesa de trufa negra, la esperada explosión de sabor nunca llegó. La cheddar master por su parte no defraudó lo más mínimo, abundante sabor a queso cheddar pero sin excederse, todo bien equilibrado. Aún con sus más y sus menos, el pan brioche con el que trabajan es una auténtica maravilla. Como complemento de las burgers recomendamos al 100% el boniato.
Llegamos a lo que más nos gusta, el dulce. Nos decantamos por la tarta de oreo y el waffle kinder house. Jamás hubiéramos imaginado que una tarta con bizcocho supiera tanto a oreo, es como meterse varias galletas en la boca a la vez. La espera por el gofre merece la pena; hacen la masa y el gofre al instante en que lo pides. Gofre recién hecho, con salsa kinder y barritas de kinder bueno; sobran las palabras.
Creemos y queremos que The blackhouse Burger haya llegado a San Vicente para quedarse. Con una relación calidad-precios muy buena ya que por menos de 20€ se come muy bien en cuanto a cantidad y a calidad. ¿Por qué no acercarse a The Blackhouse Burger y darse un buen homenaje?