Sant Joan aprobó en el pasado pleno de febrero el primer Plan de Igualdad para trabajadores del Ayuntamiento. El punto salió adelante con los votos a favor de todos los grupos políticos menos VOX.
La edil de Igualdad, Julia Parra señaló que dos de los objetivos que se marcaron desde la concejalía al inicio de la legislatura era sacar adelante el segundo Plan de Igualdad para la ciudadanía y aprobar el primer Plan de Igualdad para trabajadores del ayuntamiento.
«El plan está basado en cuatro ejes como son la universalidad, participación y colaboración entre servicios, transversalidad y acción preventiva» comentó Parra.
Además, apuntó que los objetivos de este plan estaban divididos en diez áreas de intervención como son la selección, contratación y acceso, clasificación profesional, promoción profesional, formación y sensibilización, ejercicio de conciliación, retribuciones, violencia de género, prevención del acoso sexual, salud laboral y comunicación institucional.
«Es un plan muy ambicioso con 138 medidas en total, que cuenta con mecanismos para llevar seguimiento» termina diciendo Parra.
Algunos datos que recoge el Plan de Igualdad y que Javier Yebes quiso poner en valor han sido que el 82% de los hombres que trabajan en el ayuntamiento tienen una relación laboral estable con el ayuntamiento, en las mujeres, el porcentaje baja al 60%. Otro dato que el edil del Partido Popular quiso recalcar es el salario; el 28% de las trabajadoras del ayuntamiento están en un salario entorno a los 10.000 a 20.000€ anuales, en el caso de los hombre baja al 15%. «Solo con estos dos pequeños datos, creo que este plan era necesario y urgente» termina diciendo Yebes.
Desde el PSOE, su portavoz Esther Donate quiso felicitar la puesta en marcha de medidas que van a promover las medidas de igualdad y el trabajo desarrollado por el área y destacó las campañas de difusión en los derechos de conciliación laboral o la regulación de horas extraordinarias.
Para VOX Sant Joan, este tipo de planes suponían una discriminación y un menosprecio a la figura de la mujer dado que la colocaban de facto como un ser débil e incapaz de conseguir por sí misma un puesto de trabajo al establecerse esa promoción y presencia equilibrada de hombres y mujeres en los órganos de selección y valoración bajo la perspectiva de género y cuotas de igualdad, en vez de primar la calificación, cualificación, el mérito y el esfuerzo u otras condiciones intrínsecas de cada uno.