«¿Qué has hecho tú porque tu patria sea mejor cada día, más rica, más culta, más trabajadora, más libre, más respetuosa con las leyes, más anhelosa de progresos, más llena de sentido humano?”. Esta frase de Rafael Altamira, nuestro gran intelectual e Hijo Adoptivo de El Campello, que en su día fue utilizada por John F. Kennedy con su famosa «No os preguntéis que puede hacer vuestro país por vosotros, preguntaos qué podéis hacer vosotros por vuestro país», resume la filosofía que debe impregnar el futuro de nuestro municipio, el concepto de El Campello que deben anhelar nuestros vecinos y vecinas.
Rafael Altamira ha sido nuestro más universal e insigne vecino y en mi familia tuvimos el honor y la gran suerte de recibir su gran impronta, como tantas gentes de El Campello de la época. Mi bisabuelo Marcos Antonio Vaello Galiana (el tio Marc Antoni), comerciante local y primer alcalde democrático del municipio, tuvo el placer de disfrutar de su amistad. Lindaba la finca de Rafael Altamira, la desaparecida Ca Terol, con las tierras y venta de mi abuelo Marc Antoni, por ello que era habitual que tuvieran largas e interesantes tertulias en las que su republicanismo de finales del siglo XIX y su espíritu regeneracionista de nuestro país hacía que hablaran de pacifismo, de justicia social, de Democracia y progreso, de igualdad y de Libertad mientras El Campello daba sus primeros pasos como municipio, entre sus casas, alrededor de la plaza de la iglesia que rezumaba vida y los pequeños comercios funcionaban a su alrededor, cuyo eco llegaba a las barcas y viviendas de pescadores a la orilla de la mar.
Era un Campello próspero que daba sus primeros pasos como municipio independiente.
Los campelleros y campelleras de aquella generación aprendieron de los valores de su vecino Rafael Altamira. Con la llegada de una de las etapas más funestas de nuestra historia reciente, nuestro intelectual y jurista universal que fuera candidato en dos ocasiones al Premio Nobel de la Paz, tuvo que marchar al exilio mexicano donde falleció, pero nos dejó a nuestra ciudad un mensaje que debe ser la guía de nuestro municipio.
Si extendemos el concepto de Patria de Rafael Altamira al de vecindad como espacio de convivencia, El Campello debe ser nuestro territorio de acogida, que nos acoge a nacidos aquí y a quienes nos eligen para vivir, unidos sobre todo y ante todo, por la existencia de un espíritu común de grupo, compuesto por aquellos y aquellas que comparten intereses, ideales, valores y puntos de vista, para conformar una especie de “vecindad” moral en la que prime el respeto y la tolerancia en la confrontación de ideas, en la búsqueda del espacio común, de los tan necesitados consensos en beneficio de todos y todas los que componemos nuestra localidad.
Recuperar el ágora, el sentido de las plazas, para imaginar una ciudad mejor y juntos ir en su consecución.
El Campello de hoy, de cara a las próximas elecciones, vuelve a conformarse en una confrontación plural de diferentes partidos y sensibilidades, en el que difícilmente habrá grandes mayorías monocolores y será necesaria la aproximación y la búsqueda del común denominador.
Lo que para algunos sea un problema, para esta candidatura del Partido Socialista es una oportunidad. El Campello de hoy, distante solo en el tiempo con el imaginado por Rafael Altamira y Marcos Antonio Vaello, sigue teniendo el gran reto de imaginar el futuro de nuestra ciudad, con sus dificultades, con sus posibilidades y con sus riquezas que se han de poner en valor. Es el momento de interpretar con nuestro municipio la famosa frase de Kennedy: No os preguntéis que puede hacer El Campello por vosotros, preguntaos qué podéis hacer vosotros por El Campello.
Desde el primer hasta el último nacido o llegado a nuestro pueblo, pero principalmente por quienes queremos gobernar nuestra ciudad. Tenéis mi compromiso como el de la candidatura de los y las socialistas campelleros.
Porque siempre es posible un Campello mejor, defendamos juntos lo que queremos.