Texto de Pascual Andrés Tévar

El pasado 20 de septiembre de 2024 celebré mis 74 años con los AMIGOS DEL ALMA en el restaurante EL JARDÍN, donde, desde hace mucho tiempo, nos sentimos como en una prolongación de casa, atendidos maravillosamente por Mari y Juli y el gran equipo que los acompaña. Al fin y al cabo, sentirme como en casa y detener el tiempo en esta hermosa e iluminada tarde de finales de un largo y caluroso verano, es todo un acontecimiento que merece la pena vivir.

La celebración del cumpleaños se ha convertido en un rito, en una obligación y en un día inolvidable desde que cumplí los 65 años. Este año tiene un significado especial, ya que es el primero que celebro como jubilado, y eso tiene un nuevo significado, que intentaré explicar, mezclado con sentimientos y retos para el futuro. Si bien me he jubilado del intenso trabajo en la asesoría, no se me pasa por la cabeza jubilarme de hacer cosas y desafíos que aún me faltan por cumplir, donde la palabra jubilación no tiene cabida.

En consecuencia, cité a los amigos del alma JAVIER, GABRIEL, BONI, MANOLO y JOSÉ MIGUEL para una hermosa, sencilla y larga comida, en la que, tranquilos y serenos, pudimos celebrar el cumpleaños y muchas cosas más, valorando los pequeños y significativos detalles.

Durante la comida, el amigo JAVIER nos contó con detalle la anécdota de que había llegado con más tiempo que nunca, ya que, al estar jubilado, ya no tiene la ansiedad de llegar tarde debido a las obligaciones de la asesoría y la empresa. Para hacer tiempo, se fue al parque Lo Torrent, se sentó en un banco y otros jubilados lo recibieron con bromas y chistes. Como no quería sentirse en esa situación, se marchó caminando hasta el restaurante. Nos comenta, cargado de argumentos, que ahora se ve con algo entre manos para trabajar en su casa nueva, hecha a su manera, en el campo, y no como un viejo sentado en un banco contando chistes. Con esto queda claro que mantiene alta la moral y que la jubilación, para él, es solo una situación; tiene clara su filosofía de vida. Me consta que también vive el madridismo intensamente, a su manera, en casa.

El amigo GABRIEL nos contó cómo convive con la enfermedad y los controles del azúcar en sangre, que lleva de maravilla. Tiene claro que convivir con los controles rutinarios, a veces en casa y otras en el hospital, es parte de su forma de vivir. Compagina todo esto con sabrosos almuerzos con amigos, siendo extremadamente meticuloso con los cuidados médicos, los controles constantes a través del móvil y el apoyo total de su familia. Me consta que sabe cuidarse y convivir con los amigos. De vez en cuando nos visita en la peña, con su nieta o en solitario, ya que después de más de 36 años de madridismo y peñismo, las raíces son profundas. Así que, al igual que los demás, tiene clara su filosofía de vida.

El amigo MANOLO, quien llegó tarde a la cita del cumpleaños, nos explicó, cargado de razones, que le había costado encontrar aparcamiento. Sin embargo, después de algunas preguntas, se sinceró y confesó que pensaba en una hora distinta para la cita, pero cuando lo avisé, se justificó con sus compromisos como empresario. Resulta que estaba en Alicante terminando un trabajo y, en lugar de estar buscando aparcamiento, se estaba desplazando al taller. Al final, su responsabilidad con el trabajo y la empresa estaba bien justificada. Como buen peñista, vive el madridismo intensamente, ya sea en la peña o donde puede, y así demuestra su filosofía de vida.

El amigo JOSÉ MIGUEL nos habló de cómo organiza su vida desde bien temprano, con la lista de la compra que le encarga su compañera de vida, y de sus largos almuerzos diarios con amigos y colegas. Los fines de semana, o en fechas elegidas, organiza otras actividades apasionadas con sus amigos y colegas, mientras también asiste a los partidos en la Peña, donde vive con pasión el madridismo y peñismo. En resumen, es un auténtico peñista, y lo vive con intensidad esté donde esté. Así es como él ha desarrollado su filosofía de vida.

El amigo BONI, compañero de fatigas en la Peña desde su fundación hace más de 36 años, con el madridismo como bandera, es alguien con quien tengo la fortuna de compartir tertulias diarias en el restaurante EL JARDÍN, especialmente ahora, desde mi jubilación en 2024. Formamos un pequeño pero sólido equipo para contarnos las alegrías y angustias de la vida. Lo hacemos tan a nuestra manera que no hay espacio para la ansiedad ni la tristeza, ya que, de alguna forma, siempre aparece una sonrisa que transforma y levanta el ánimo ante cualquier amenaza. Aunque llevemos la procesión por dentro, somos expertos en disimularla, porque un buen rato con un amigo del alma no tiene precio. Esa es su filosofía de vida.

Así, he celebrado un nuevo cumpleaños en este nuevo mundo que marca el inicio de mi jubilación. Con estos AMIGOS DEL ALMA será más fácil encontrar nuevos caminos. También he constatado que me queda mucho por descubrir, ya que, después de tantos años intensos de trabajo sin tiempo libre en la asesoría, estoy empezando a ver el mundo y la vida de otra manera. Como no quiero pensar más allá del futuro inmediato, debo aprender a tener paciencia y valorar mejor las pequeñas cosas y momentos, que, aunque a cuentagotas, me transmiten una filosofía de vida libre, inconformista y compartida con estos amigos del alma, todo ello con el empuje y la fe de nuestra increíble luz mediterránea.