En la sede de la Universidad Jaume I sita en el centro de la ciudad, en la antigua Lonja del Cáñamo, la Asociación Española de Científicos (AEC), entregó ayer por la tarde sus placas de honor, distinciones que cumplen su XXVI edición con el objetivo de distinguir a científicos, entidades y empresas españolas que destacan por su labor de investigación y divulgación de la ciencia en pro de la I+D+i y su relevante contribución a la sociedad.
Entre los premiados este año estaba la Fundación Instituto de Ecología Litoral, un organismo que tiene su sede física en El Campello, creado en 1986 con el objetivo puesto en la conservación de los ecosistemas marinos del litoral mediterráneo, con especial énfasis al seguimiento y conservación de las praderas de posidonia oceánica.
Y es precisamente ese trabajo, reconocido internacionalmente, el que ha motivado la concesión del galardón. El jurado reconoce el trabajo del Instituto “por su relevante contribución científica y tecnológica a la conservación de los ecosistemas marinos, litorales y terrestres a través de la investigación, realización de informes técnicos, asesoramiento y el fomento del respeto a nuestro litoral mediterráneo y al seguimiento y conservación de las praderas de Posidonia oceánica”.
Para recoger la placa, ayer se desplazaron a Castellón el alcalde de El Campello y vicepresidente del IEL, Juanjo Berenguer; el director científico, Gabriel Soler; el jefe de investigación del área marina y doctor en Ciencias Biológicas Juan Eduardo Guillén Nieto, y el gerente Ricardo Lumbreras. El acto estuvo presidido por Manuel Miguel Jordán, presidente de la AEC, y el vicerrector de Investigación de la Universidad Jaume I, Jesús Lancis Sáez.
PROTEGER LA BIODIVERSIDAD MARINA
Como en el caso del resto de premiados, cada entrega de placa iba precedida de una laudatio basada en glosar el trabajo que se reconocía, seguida de un discurso de agradecimiento a la comunidad científica.
En este caso, el propio Gabriel Soler explicó a los congregados que “el trabajo de esta fundación se enfoca principalmente en estudiar y proteger la biodiversidad marina y la calidad ambiental de las costas, especialmente en la Comunidad Valenciana, pero este compromiso con la conservación del litoral también se lleva a cabo mediante estudios y proyectos en otras zonas del Mediterráneo”.
“En un mundo en el que cada vez es más necesario abordar el desafío que supone compatibilizar el desarrollo y el progreso económico con la conservación de la naturaleza y de los servicios ecosistémicos que de ella dependen, es innegable que la labor que desempeña el Instituto contribuye a aportar conocimiento científico y, lo que también es muy importante, a aportar medidas de gestión basadas en la ciencia para que sean aplicadas por las diferentes administraciones que tienen competencias en el medio litoral y marino”, señaló Soler, que finalizó su discurso con una reflexión que los científicos y académicos presentes aplaudieron: “Nuestro mar, que incesantemente lame las tierras y los cantiles, las playas arenosas y las pedregosas, que susurra su antiquísima canción una y mil veces repetida, que se nos presenta rico en facetas, deslumbrante de belleza… Un mar siempre diverso y siempre igual a sí mismo, espuma emanada de los antiguos dioses de los griegos y de los romanos. Ese es nuestro mejor patrimonio. Esa es paradójicamente nuestra tierra: nuestro mar”.
LABOR FUNDAMENTAL
En ausencia del presidente del IEL y presidente de la Diputación de Alicante, Toni Pérez, por motivos de agenda, recogió la placa de honor Juanjo Berenguer, en su doble calidad de alcalde de El Campello, municipio que acoge la sede física del Instituto, y vicepresidente de la entidad, “unos cargos de los que me siento orgulloso”.
El primer edil centró su intervención en destacar el trabajo del equipo profesional que dirige Gabriel Soler, con referencia directa a todo el personal científico y administrativo: Ricardo Lumbreras, Juan Eduardo Guillén, David Gras, Joaquín Martínez, Santiago Jiménez, Paula Pérez, Diego García, Alejandro Triviño, María Vicedo y Asunción Martínez. “Y no puedo olvidar a los que antes que ellos trabajaron en el organismo, ni a los que sin la menor duda se incorporarán en años venideros para seguir avanzando y profundizando en la misma línea”.
“Hoy son once profesionales que nos han traído hasta aquí para recibir este reconocimiento. Profesionales que han dado forma con el paso de los años a una institución muy respetada en la Comunidad Valenciana, sobre todo, por el rigor de sus investigaciones y la minuciosidad con la que acometen los trabajos. ¿Quién nos iba a decir que, 38 años después de aquel lejano 1986 en que se decidió crear el Instituto, nos íbamos a encontrar en un acto como este de reconocimiento de la comunidad científica española?”, preguntó Berenguer.
“Fuimos unos cuantos los que creímos en el proyecto desde el principio, y poco a poco ese listado ha ido creciendo hasta que entre todos hemos conseguido sumar nada menos que a la Universidad de Alicante, la Universidad Miguel Hernández, la Mancomunidad de L’Alacantí, los Ministerios de Pesca y Transición Ecológica, la Conselleria de Pesca, Conselleria de Medio Ambiente y los ayuntamientos de El Campello, Alicante, Benidorm, Orihuela, Santa Pola, Calp, Guardamar del Segura, Pilar de la Horadada y Teulada, además de la Diputación Provincial de Alicante”.