Texto de José R. Carbonell Beviá en su sección SAN VICENTE, SU MÚSICA Y SUS MÚSICOS EN MI RECUERDO
La Masa Coral la Aurora, ha sido el nido, el cau d’art liric, de donde brotaron bellas y timbradas voces que nos deleitaron con sus espléndidas interpretaciones cantadas. Sería muy largo enumerar todas ellas pues las ha habido en todas las cuerdas.
Ascensión Guijarro Jover, mujer entusiasta y con conocimientos musicales suficientes, allá por el año 1957–58, crea un coro dependiente de la parroquia San Vicente Ferrer. Este coro se nutre de voces de sanvicenteros/as a los que les agrada cantar. De nuevo deseo resaltar el hecho de que la compañía, la distracción que producían las emisoras de radio con sus programas eminentemente musicales, potenció la afición hacia el canto. Entusiasmados e ilusionados, se reúnen semanalmente para ensayar el repertorio que requiere la liturgia eclesiástica. Cada vez son más los componentes que se van sumando al incipiente grupo. El reiterado y limitado repertorio hace que se planteen formar un grupo coral y de este modo se funda la Masa Coral, y su primera intervención ante su paisano público fue el 14 de mayo de 1959, siendo su primera directora y fundadora Ascensión Guijarro Jover y su primer Presidente Joaquín Tortosa Santana que quiso que se llamase “La Aurora” en honor a una hija fallecida con tan sólo 36 años.
En el año de la fundación de La Coral, quien esto escribe tenía diez años. Ascensión, amiga y vecina de nuestra casa, le pide a mi padre que autorice mi asistencia a los ensayos. Me incorporo y como un niño que soy mi voz es blanca y por tanto, se me incluye en la cuerda de las contraltos. Los ensayos se realizaban en lo que más tarde fue el Hogar del Camarada. La directora tocaba y dirigía de espalda a la Coral. Recuerdo que quedé muy impresionado al escuchar el Aleluya del Mesías de Haendel. Llegué incluso a asustarme de aquella cantidad de bello y timbrado sonido humano. La Coral iba a más en cuanto a integración de componentes y como el Certamen de Habaneras de Torrevieja acababa de iniciarse, no dudaron en presentarse a tal competición. La “Aurora” contaba con 63 cantores, de los cuales 25 eran mujeres y 38 hombres, más la abanderada y la Directora. Es decir, 13 hombres más que mujeres. Hoy, esto es impensable. He sabido, pues no tuve el placer de poderles escuchar, que en esta etapa, eran muy aplaudidas las intervenciones solistas de María Beviá; Purita Brotons; Rafael Baeza; Pablo Baeza; Vicente Barberá y Eleuterio Santana, entre otros.
El día 14 de agosto (domingo) de 1960, la Masa Coral “La Aurora” de San Vicente actúa y compite en el VI Certamen Nacional de Habaneras patrocinado por el Ayuntamiento de Torrevieja y en el que se interpretó como Habanera Obligada “La Cubana del Manglar”. Esta habanera de Pedro Llabrés y Joaquín Gasca, es muy comprometida para la voz de los tenores y precisamente en La Coral de aquel entonces dicha cuerda era una de las mejores de todo el conjunto. Aun así, no hubo suerte con el veredicto del jurado. Puede que se cantará excesivamente visceral, pero lo realmente elogiable era que una agrupación de incipiente creación osase participar en un acontecimiento de tan alto nivel, compitiendo con agrupaciones como la Coral Polifónica Porteña de Puerto de Sagunto (Valencia), el Orfeón Murciano Fernández Caballero, La Masa Coral Torrevejense de Educación y Descanso y la Agrupación Coral de Pola de Siero (Asturias) que fue la vencedora recibiendo un premio en metálico de 40.000 pesetas más trofeo. Se volvió a competir en el 61. En 1965 se consiguió un Tercer Premio.
Se ensayó en varios lugares. Uno de ellos fue en el edificio al que llamábamos “Sindicatos” en la calle Sol en cual había un pequeño patio al fondo del salón de ensayo en donde se salía a refrescarse. De modo casual y fortuito creció en dicho patio una mata con una sola sandía. Se dejó que madurara, que creciera y un buen día de ensayo, alguien trajo un cuchillo, se abrió y se la comieron allí mismo como refresco del estío del verano.
El día 12 de marzo de 1969, se estrena en San Vicente la zarzuela “Los Gavilanes”. Todo un acontecimiento en la localidad. Se representa varias veces aquí y en otras localidades de la provincia. La euforia debida al clamoroso éxito de Los Gavilanes hace que el día 25 de febrero de 1970 se estrene la del Soto del Parral. En 1970, en los Certámenes de Torrevieja ya se competía en las modalidades de polifonía y habaneras y es en esta última especialidad en la que obtiene un más que merecido Segundo Premio. El 26 de mayo de 1971 se estrena “La Montería” que se vuelve a representar en junio de ese mismo año. El 14 de abril de 1972 se pone en escena “La Tabernera del Puerto”. El 26 de abril de 1974 se estrena “Molinos de Viento”. En octubre de 1975, se participa en el VII Certamen de Canción Vasca celebrado en Tolosa (Guipúzcoa) y el 27 de diciembre de 1975 se representa en el Teatro Cine “La Esperanza” de San Vicente del Raspeig, “Gigantes y Cabezudos”. Es decir del año 1969 al 1975, una coral totalmente amateur monta, con todos los requisitos imprescindibles para la representación artística, seis de las grandes zarzuelas. Realmente es algo prodigioso, si además se tiene en cuenta que se simultaneaba con conciertos y salidas a otras ciudades para participar y competir en diversos y variados acontecimientos. En 1977 se volvió a participar en el IX Certamen de Canción y Polifonía Vasca patrocinado, por el Ministerio de Cultura, la Diputación de Guipúzcoa y el Ayuntamiento de la bella ciudad donostiarra.
En 1981, se repone en San Vicente, “Gigantes y Cabezudos” última zarzuela que acomete la Coral. En agosto de 1982 se compite en el XV Certamen de la Canción Marinera, en San Vicente de la Barquera (Cantabria – Santander). En 1985, asume la dirección de la Coral, Mª José Sala Segura. En 1988, se convoca el VII Festival de Corales y es entonces director, Cipriano Esteban Alarcón, profesor del recientemente fundado Conservatorio de Música “Vicente Lillo Cánovas”. Desgraciadamente fallece de modo inesperado y le sustituye José Miguel Blázquez Izquierdo. Se pasan momentos difíciles pues la pérdida de Cipriano ha dado un duro golpe a la agrupación algo desvalida debido posiblemente a la añoranza de su directora fundadora Ascensión Guijarro.