La sala Ramón Llull de la Biblioteca Municipal de El Campello acogió ayer la asamblea anual de delegados de la Asociación de Donantes de Sangre de la Provincia de Alicante (ADSPA), una entidad sin ánimo de lucro, aconfesional y apolítica que renace, en abril de 2006, de las antiguas Hermandades iniciadas en 1967 y que desaparecieron a finales de la década de los ochenta.

Su finalidad es la de cubrir con donación altruista las necesidades de sangre y hemoderivados en todos los centros sanitarios públicos y privados de la provincia de Alicante, siempre que éstos garanticen la absoluta gratuidad de la sangre donada, fomentando el espíritu de solidaridad y altruismo entre los diferentes estamentos de la sociedad, así como defender los derechos de los donantes y agrupar a todas las personas que estén dispuestas a realizar periódicamente una donación de sangre.

En la reunión, a la que fue invitado el concejal de Salud Pública del Ayuntamiento de El Campello, Marcos Martínez, se trataron diferentes temas de interés, así como el cambio de la junta rectora. También acogió la entrega de reconocimientos a los “grandes donantes” de la provincia, un título muy especial que recogieron Rafael Ferrándiz, Vicente Bas Alentado, Gloria Meseguer Carrasco, Michel Luchmun, Amparo Simó Cortés, Rosa Ruiz Gálvez y Juan Antonio Sola López. Hubo mención especial a Raúl Cámara por los años de dedicación a la causa.