El alcalde considera “injusto” que se responsabilice a los que tan solo llevan unas semanas en el consorcio de un proyecto que viene de 8 años atrás

Continua la preocupación por la ampliación del vaso de vertido de la planta de tratamiento de residuos de Les Canyades en El Campello.
La Asociación Vecinal Campellera, en una reunión con el Alcalde de la localidad y vicepresidente del consorcio, Juanjo Berenguer (PP), el edil de Medio Ambiente, Marcos Martínez y el concejal de Participación Ciudadana, Cristian Palomares (PP), trasladó su preocupación la intención de ampliar en altura el vaso y prolongarle su vida útil.
Según fuentes municipales ese proyecto de ampliación estaba listo a falta de un informe técnico que Ximo Puig decidió “guardar en un cajón hace unos meses porque venían elecciones” y añaden que cuando se planteó esta solución el presidente de la Generalitat era del PSOE, también lo era el presidente del Consorcio, el conseller de EU y la directora general de Compromís.
«Ese proyecto viene de 8 años atrás, y nos parece injusto que se responsabilice a quienes llevan una semana en la presidencia del Consorcio», afirma el propio alcalde Juanjo Berenguer.
Los vecinos, en dicha reunión, solicitaron a los dirigentes municipales “rigor” y “coherencia” con la moción aprobado hace un año en el Ayuntamiento en contra de la ampliación del vertedero.
En la moción se instaba a la Conselleria de Transición Ecológica a no otorgar a FCC la modificación sustancial de la Autorización Ambiental Integrada que alargaría la vida útil del vaso del vertedero en más de tres años, ampliando la cota en 10 metros de altura. Además de instalar a la Conselleria y al propio Ayuntamiento de El Campello a priorizar la puesta en marcha de un Plan de vigilancia y un plan de olores en la planta de residuos. En un sentido parecido, y en esas mismas fechas, la Junta de Gobierno, a solicitud de la Asociación, acordó alegaciones contra la ampliación del vertedero. Exponiendo los continuos episodios de olores sufridos por los habitantes de las zonas de afección de la misma y la falta de medidas efectivas en el proyecto para reducir la contaminación atmosférica, su vigilancia y su control.
Los vecinos temen que la ampliación en altura venga acompañada de una ampliación en superficie mucho mayor por la necesidad de amortizar la inversión en mejoras de la planta que costó unos 25 millones de euros.