Tras un exitoso Spring Festival, e impacientes por un Low con uno de los carteles más esperado de los últimos tiempos, donde estarán nada más y nada menos que los Pixies, Suede y Los Planetas, comienza la programación veraniega de conciertos.El próximo fin de semana ÁREA 12 da el pistoletazo de salida, y lo hace por todo lo alto, con el concierto de ROBE, que llega a Alicante 2 años después de su última visita precisamente a este mismo recinto.ROBE llega con su gira “Ni santos ni inocentes”, la gira de presentación de “Se nos lleva el aire”, el último disco publicado hace apenas 6 meses y que supone el sexto álbum de artista plasentino.Roberto Iniesta lleva casi 40 años sobre los escenarios, desde que en el año 1987 iniciara el camino con Extremoduro, uno de los grupos míticos del Rock en España y que se ha forjado una legión de seguidores incondicionales durante todos estos años, casi como una religión, que se quedaron huérfanos cuando en 2014 Extremoduro se subía a los escenarios por última vez y, aunque sin separarse formalmente, dedicaron su tiempo a otros proyectos personales.Aunque para consuelo del personal, ROBE publicaba en 2015 “Lo que aletea en nuestras cabezas”, su primer disco en solitario, al que siguieron “Destrozares” en 2016, “Bienvenidos al temporal” en 2018, y el aclamado “Mayeutica” en 2021, al que seguiría “Se nos lleva el aire” a finales del año pasado.Pero el infarto para sus seguidores llegaba cuando en 2019 se anunciaba una gira de despedida por todo lo alto de Extremoduro, donde se iba a poder disfrutar del final de la banda como le correspondía a un grupo que ha supuesto tanto en el panorama musical español, y que llevaban 6 años sin subirse a un escenario.Sin embargo, la gira se suspendía sin siquiera comenzar, y la polémica llegaba con el cruce de acusaciones entre las distintas partes.Así, tras 32 años de carrera y 11 discos de estudio en el mercado, se despedía Extremoduro, de una forma agridulce pero definitiva, dejando un legado de obras maestras en el camino.Pero siempre sale el sol, y la principal pata de Extremoduro, el único miembro permanente de la banda desde sus inicios, no sólo seguía dando guerra, sino que la evolución musical y artística de ROBE está disparada. Guitarras potentes y letras poderosas, ya presentes desde los inicios de Extremoduro, pero con un sonido mucho más depurado, casi exquisito que te va zarandeando a través de la historia mientras las letras te van golpeando estratégicamente para sumergirte en el mundo de ROBE, que nos dibuja paisajes oníricos pero a la vez cargados de realidad y de verdad; una especie de entresueño o duermevela, en el que disminuye la lucidez y la conciencia, y el espectador no consigue distinguir si está dentro de la canción de ROBE o dentro de la dura realidad de la vida, que se van entrelazando como si fuesen una sola.