Pascual Andrés Tévar

Con el paso de los años cuando camino hacia los 74, todo, absolutamente todo, se ve y se vive con más calma, a pesar de todas las circunstancias que nos acechan, y desde el respeto y admiración por las HOGUERAS DE SAN VICENTE DEL RASPEIG, y a los festeros y festeras, que la hacen posible cada año, necesito hacer, y transmitir, estas reflexiones en estas fiestas de las Hogueras de 2024.

Reflexiono , si es necesario plantearse desde todos los responsables de la organización , sacar de las calles el fragor de las noches interminables de música discotequera , de borracheras, de pasiones descontroladas, de voces y sonidos molestos , de calles ensuciadas y malolientes, y buscar otras ubicaciones , con la libertad por bandera, pero con el equilibrio de saber divertirse y convivir sanamente.

Reflexiono, si la fiestas de las HOGUERAS, empieza a ser peligrosa, y molesta, cuando no se deja paso a la opción de los que quieren descansar, a partir de cierta y sensata hora. Es entonces, cuando la presunta libertad, de los festeros y festeras, impide y castiga, a los ciudadanos y ciudadanas, que quieren, y necesitan, hacer su vida normal.

Porque los festeros y festeras y todos y todas que participan en su nombre , no quieren entender, que su libertadtermina , en este debate, , cuando no dejan ejercer la suya a los ciudadanos y ciudadanas con unos horarios normales.Reflexiono, si es necesario, plantarse, que una forma de armonizar las HOGUERAS, en todas sus consecuencias, es buscar con ahínco, la separación de la parte serena y calmada, de la parte intensa, y excelsa en sonidos y otras historias, con otros horarios que no son compatibles con la vida normal, silenciosa y calmada, es decir compatibles con la normal convivencia ciudadana.

Reflexiono, que se hace necesario, busca e inventar, espacios para el disfrute colectivo de festeros y festeras, de ciudadanos y ciudadanas, fuera de las calles de la ciudad, donde la noche y el día se confundan, con la música , y los sonidos, en todas sus expresiones, y que sony constituyen la fiesta y la diversión interminables. Eso sí, con el control policial, para que los límites sean soportables, para ir y volver a la ciudad, para evitar la violencia en todas sus expresiones, y todo ello, por la buena y tolerable y sana convivencia. Y es entonces cuando se plantea, en buscar una solución, como la que se ha puesto en marcha en la celebración del MEDIO AÑO DE LOS MOROS Y CRISTIANOS DE LAS FIESTAS PATRONALES.

Reflexiono, que sería lógico, sensato, y de sentido común, dejar las BARRACAS, para la convivencia diaria, desde el almuerzo, la comida, y la cena, con la inigualable participación de nuestras queridas BANDAS DE MÚSICA, Y CON LA MÚSICA SENSATA Y ARMONIZADORA , del disfrute en todas sus expresiones de la vivencia plena de las HOGUERAS, por las FAMILIAS, POR LOS AMIGOS, por el buen rollo, de los CIUDADANOS Y CIUDADANAS, que la pagan con gusto,para disfrutarlas y gozarla en todas sus consecuencias.Reflexiono, que se hace necesario, yo diría que imprescindible, que por parte de las AUTORIDADES LOCALES, Y DE LOS ORGANISMOS FESTEROS, trabajar duro y con fe, para encontrar soluciones, sin medias tintas , para que la libertad y la convivencia , no se confundan, y las ciudadanas y los ciudadanos, puedan ejercerla, sin limitaciones, en las FIESTAS2DE LAS HOGUERAS DE SAN VICENTE DEL RASPEIG, para disfrutarlas en libertad, con pasión,con sentimiento y con renovada ilusión cada año.Reflexiono, se hace necesario, plantearse también la colocación de las BARRACAS y los MONUMENTOS DE LAS HOGUERAS, en armonía con la vida diaria, y el tráfico de vehículos ,que ya se ha conseguido, con buenas e ingeniosas soluciones, en determinadas zonas de la ciudad, que de alguna forma, consiguen que la vida siga el curso de la normalidad, sin colapsos ni alternaciones sensibles.Así, que en estas reflexiones, inspiradas en el sentido común, la libertad, y el sentido responsable de la convivencia, espero que en el devenir del tiempo futuro, puedan, como el sueño de los poetas, convertirse en realidad, con el influjo de nuestra increíble luz mediterránea.