EN BUSCA DE LOS RECUERDOS DE CAMINAR POR LAS ROTONDAS Y OTROS DEBATES EXISTENCIALES

Pascual  Andrés Tevar

El pasado 16-03-2025 fue el último día, después de dejar de hacerlo por una neumonía de 10-2024, y reemprenderlo poco a poco, en 11-2024 .Y, con mis 74 años a cuestas que madrugue, y recupere la costumbre, sobre las 6 horas, para caminar, saliendo de mi casa de la Calle Alfonso el Sabio, siguiendo por la calle Raspeig, y bajando por la calle La Huerta, continué bordeando por el exterior del Parque Lo Torrent, y me dirigí caminando, a mi manera, por el carril bici, en busca de las rotondas de la carretera de San Vicente del Raspeig a San Juan de Alicante , hasta llegar al árbol número 16 pasada la rotonda de Villfranqueza, teniendo claro, que las caminatas ya no iban a ser las del pasado. Y regresé a casa volviendo por la misma ruta, al cabo de una hora y unos 34 minutos. Y pensé, que de verdad me dejó tocado en mi resistencia la neumonía de octubre de 2024, pero algo de moral y ganas de superación me quedaba, pensando en las caminatas que un día hacía hacia hasta la rotonda de San Juan de Alicante. Y que los avatares físicos, me habían traído hasta aquí. Y aun así pensaba, y meditaba, que era una buena aventura de poder hacerlo y sentirlo con sana moral.
Lo que sucede en la neumonía atípica de 03-2025, unido a otras secuelas, y situaciones que desde 2024, me están limitando físicamente, y no quiero entrar en detalles. Y que unido, a las advertencias y controles médicos, me impiden, ni siquiera pensar, en volver a salir de madrugada a caminar por las rotondas. Parece que esa desafiante y retadora costumbre, ha pasado a ser parte del pasado, y que toca, asumirlo en todas sus consecuencias.
La Doctora del Centro de Salud de San Vicente del Raspeig , el Cardiólogo del Hospital de San Vicente del Raspeig, el Urólogo del Hospital de San Vicente del Raspeig, y en consecuencia, los análisis y controles de la Dra. de Cabecera, me advierten , y mentalizan, que mi vida ha cambiado para siempre. Y que sin entrar en ansiedades, tengo que pensar, y, decidir, que las cosas, las costumbres, y los desafíos físicos, a los que estaba acostumbrado antes, son parte del pasado, es decir que no van a volver nunca. Y que más me vale, que me mentalice, que soy un sobreviviente, y que tengo que reconducir mi vida, por otro camino, en lo físico, y en consecuencia, en lo mental. Y lo de menos, es que tengo prohibido el alcohol, el azúcar, las carnes rojas, y no sé qué más historias, lo importante, lo decisivo, es que tengo, desde ahora en adelante, que vivir de otra forma. Porque, puedo, sin darme cuenta, poner en peligro, casi en sigiloso silencio, mi vida y mi futuro.
Cuando me dan el alta en marzo del 2025 en el Hospital General de Alicante Dr. Balmis, el Doctor me transmite que la neumonía atípica, ha dejado secuelas, físicas, en la capacidad pulmonar y otras historias relacionadas, y que tengo que tengo que seguir las indicaciones de la Dra. del Centro de Salud, pero, sobre todo, mentalizarme, en otro forma de vivir la vida, sin esfuerzos ,y desafíos innecesarios. Y pienso, que el mensaje es claro, hasta aquí hemos llegado en una forma de vivir, y desde ahora en adelante, o me cuido, y hago caso a los Médicos, o pongo de una u otra forma, en peligro, mi vida. Así, que, como decíamos en la mili, hay que aplicarse el cuento, para seguir adelante con los menores problemas posibles, y con una buena filosofía, a mi manera, de vivir y de compartir.
En consecuencia, desde marzo de 2025, voy caminando, construyendo mi pequeñas rutas , para ir a desayunar, para ir almorzar, para ir a comer, para ir a tomar el café,y conseguir con mis rutas y mis paradas, y mis tertulias, y otras historias, haber caminado alrededor de una hora diaria, pero en tramos de unos 15 minutos, y con el ritmo a mi manera, que es una historia nueva con respeto a la forma que lo hacía caminando por las rotondas, es decir me conformo con caminar, y el tiempo es otra historia . Y como lo de jubilado, me lo tomo casi en serio, pues, lo convierto en una norma de vida. Y pienso, que desafiarla es un riesgo, y que nadie me impone cumplirla, pero es bueno, a todas las edades, tener algo claro, unos objetivos básicos, aunque no me pidan explicaciones, aunque por otra parte, no pienso en darlas, sino en vivir la vida, a mi manera.
Por otra parte, y soy terco, sigo ilusionado, que cuando pasen más de seis meses, es decir en el otoño de 2025, desde el episodio de la neumonía atípica, según lo que recuerdo que dijo del Dr. Del Hospital, puedo poco a poco, empezar a pensar, que puedo, aunque sea un día por semana, en levantarme de madrugada, e intentar ir a las rotondas, a ver, si es posible, caminar un trayecto, aunque eso sí, a mi manera. Y hasta incluso, parar, sentarme en un banco, o donde sea, y descansar, y beber agua, y observar, y meditar. Admito, que ahora, la ilusión es tan grande, que pienso en este próximo otoño, con los 75 a cuestas, y me empuja un buen ánimo, pero no estoy nada seguro, si el cuerpo y la mente van a estar a la altura. Pero bueno, tener sueños, es parte de la vida, y cumplirlos, es otra historia, pero entretanto me entretengo, y con los debates internos, ni te cuento. En ese desafío, o como queramos llamarlo, estoy ilusionado, lo demás ya lo viviremos.
La cuestión es, si con el paso del tiempo, las imposiciones médicas, y sus necesarios controles, y la consiguiente medicación, ya me han impuesto, una forma de vivir, por lo que es imprescindible, que me acostumbre a una nueva filosofía de vivir y de compartir con una buena dosis de paciencia, porque la ansiedad puede estar a la vuelta de la esquina, y es otro enemigo a combatir. Y conseguir, aunque a veces, no sé cómo, a tener otros retos más sencillos Y que el amanecer para caminar, sea sólo seguir levantándome temprano, que lo sigo haciendo cada día, solo sea, para mirar el paisaje, y que tenga argumentos para revestirlo de pensamientos positivos, que me den, de alguna manera, alegría de vivir.
Desde hace un tiempo, sin prisa pero sin pausa, estoy meditando, serenamente, el final de mi trayectoria como Presidente de la Peña Madridista San Vicente del Raspeig. Ni siquiera soy consciente del todo, de lo que me ha costar tomar esa decisión, pero ya se he dicho a la compañera de mi vida. El paso siguiente está cerca, pero sin fecha fija. Lo que si tengo claro, que dejaré de ser Presidente, pero siempre seré Peñista, y, sobre todo MADRIDISTA, y mi legado, es de la Peña Madridista San Vicente del Raspeig, para siempre. Y, como tengo claro, que los AMIGOS DEL ALMA, no van a dejar que me vaya, porque me lo han dicho, a su manera, muchas veces. Pues, desde ahora en adelante, me toca convencerlos, que hay caminos en la vida que tienen su final, pero al mismo tiempo, es imprescindible, buscar otro, que sea la continuidad de otra forma. Y eso, es lo que me toca descubrir, antes de tomar la decisión.
Así que, por otra parte, dejo, a los Médicos y las Médicas, y a todos los demás que, de alguna manera, me cuidan médicamente, y de otras muchas formas, que hagan su trabajo, que me controlen lo que quieran, cada seis meses, o, cada cuando quieran. Pero yo, con mis secuelas, con mis limitaciones, y con mis miedos, no voy a cejar, no voy a parar, de luchar para tener sueños, entre ellos, siempre, el que me inspira el Madridismo. Y para estar y vivir y compartir la vida, con los que quiero, y me quieren, y, en definitiva, a los que quiero, de verdad. Y, a mi manera, sé que los tengo, y me tienen, siempre a mi lado, y siempre a su lado, y que la ilusión tendré que buscarla cada amanecer, aunque tenga que inventármela, pero siempre tendré el empuje de nuestra increíble luz mediterránea.

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