Elena Conesa es profesora de Economía del IES L’Allusser de Mutxamel, junto a otras profesoras del centro han creado el proyecto Allusser Sostenible, que engloba a su vez muchos proyectos como puede ser La Resistienda. Nos cuenta más sobre estas iniciativas.
¿Cómo surgió la iniciativa de L’Allusser Sostenible?
L’Alluser Sostenible es un proyecto de sostenibilidad que tenemos en el IES L’Allusser de Mutxamel. Hace cinco años, cuando llegué a este instituto, junto a otras compañeras, nos dimos cuenta de que hacía falta un cambio, el más evidente era tener papeleras de separación de residuos en todo el centro, porque no las había. Ese fue el germen, a partir de ahí, un grupo de profesorado y alumnado comprometidos con el medio ambiente comenzamos a hacer actividades relacionadas con la sostenibilidad y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Empezamos poniéndole nombre al proyecto: “L’Allusser Sostenible”, diseñando el logotipo, creando un comité integrado por profesorado ecotutor y alumnado ecodelegado y proponiéndonos algunos objetivos que queríamos conseguir.

El proyecto ha sido reconocido como Proyecto de Innovación e Investigación Educativa (PIIE) Global por la Conselleria de Educación de la Generalitat Valenciana. ¿Qué ha significado este reconocimiento para el equipo docente y el alumnado?
Cuando salió la convocatoria del PIIE Global para los dos siguientes cursos, no lo dudamos. Realizamos todo el dossier y lo presentamos. Queríamos conseguir los objetivos que nos habíamos propuesto. Fue una gran alegría que la Conselleria d’Educació nos seleccionara y nos concediera este reconocimiento con la máxima puntuación. Además, era una convocatoria bienal, para dos cursos escolares, es decir, para el curso 2023-2024 y para el presente curso 2024-2025. Yo soy la coordinadora del proyecto, pero se trata de una iniciativa global, eso significa que ha participado todo el centro educativo. Sin mis compañeras Cristina e Isabel, el resto del profesorado y el apoyo del equipo directivo del instituto no hubiera sido posible llevarlo a cabo. Que nos hayan otorgado este PIIE ha dado un impulso al trabajo que habíamos empezado a hacer y con la asignación económica hemos podido materializar diferentes actividades, espacios y proyectos en el centro.
¿De qué proyectos se trata?
¡Hemos hecho muchos! La asesora de innovación que nos visitó recientemente nos dijo que este era un centro que hacía muchas cosas, y es verdad. Intentamos llevar a cabo acciones que tengan un gran impacto en el centro, en el alumnado y el entorno. Durante estos dos cursos, se han instalado ocho puntos de separación de residuos con papeleras diferenciadas de resto y envases en los patios, hemos mejorado toda la cadena de la gestión de los residuos siempre en estrecha colaboración con el personal de limpieza y concienciando al alumnado. Al comienzo de curso, realizamos un acto de nombramiento del alumnado y profesorado ecodelegado. Celebramos la Gala Solidaria por la Paz, la Carrera Solidaria, la Feria del Medio Ambiente, la Feria del libro, abrimos La Resistienda, hacemos actividades del 25N y 8M y estamos adheridas a redes como EAR y Teachers for Future. Además, implementamos el proyecto Recreos Residuos Cero y ya es tradición que todos los años celebremos el Dia de l’esmorzar sostenible. Hemos cosido portabocadillos reutilizables, hecho concursos de fotografía y de física y química, escrito relatos sobre medio ambiente y representado sketches sobre el reciclaje, entre otras actividades. También, se han implementado acciones para renaturalizar los espacios exteriores del centro, como la colocación de maceteros con vegetación y la creación de zonas sombreadas, con el fin de mejorar las condiciones térmicas y favorecer el bienestar del alumnado. No nos hemos olvidado de los animales y la biodiversidad. Hemos colaborado con asociaciones como Asoka el Grande, hemos colocado pegatinas anticolisión de aves y también instalado cajas nido para la golondrina de cola blanca y murciélagos. Llevamos a cabo una iniciativa de compostaje junto al Consorcio Terra, el cual ha tenido diversos premios.

Durante este curso, hemos puesta en marcha un proyecto precioso que se llama Enganxa’t. Ha consistido en que alumnado, profesorado y familias han tejido con la técnica del ganchillo una estructura colectiva, un toldo. A través de talleres en los Patios Activos y en la materia Ámbito Práctico de 3ºde ESO, la profesora Isabel Aparicio ha coordinado esta iniciativa que culminó el pasado 2 de mayo de 2025 con la instalación en el patio de un maravilloso y colorido toldo de 20 metros realizado con más de 300 cuadrados tejidos a ganchillo. Esta intervención se ha llevado a cabo en colaboración con Lucía Ibáñez, antigua alumna del centro, arquitecta y creadora de Arquitectura Tejida.


Carbonell en la instalación del toldo colectivo ENGANXA’T
¿De qué forma se involucra a los alumnos para que hagan un centro más sostenible?
El proyecto de L’Allusser Sostenible persigue cuatro objetivos: concienciar al alumnado y hacerlos partícipes del cambio, conseguir ser un centro más sostenible, crear alianzas entre todos los agentes implicados de la comunidad educativa e integrar la sostenibilidad en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Como ves, el primero de ellos es fomentar la participación activa del alumnado en el cambio necesario para construir un entorno más justo, habitable y sostenible. Con la figura del alumnado ecodelegado se intenta velar por las buenas prácticas en el centro y se fomenta que este proponga sugerencias de mejora o actividades. Además, todo el alumnado del centro en las diferentes materias o en actividades de centro son los protagonistas de la mayoría de las acciones que te he mencionado anteriormente. Esta no es una iniciativa aislada del alumnado. De hecho, su implicación es clave: mantenemos reuniones periódicas con ellos y ellas, evaluamos juntos los avances y tomamos muy en cuenta sus aportaciones para seguir mejorando. Aunque el camino es largo, L’Allusser Sostenible ya no es solo un proyecto, sino una manera de entender la vida del centro.

¿Cómo comenzó el proyecto de La Resistienda?
Hace seis cursos surgió la primera Resistienda, aunque con otro nombre, cuando impartía clases en el IES Cabo de la Huerta, en Alicante.
La idea se me ocurrió después de algunas conversaciones con mi alumnado adolescente sobre la compra de ropa y tras una reflexión sobre el tipo de Economía que quería impartir en mis clases. Tenía claro que tenía que enseñarles a consumir mejor y que la economía circular y la economía social y solidaria eran importantísimas para generar alumnos y alumnas con conciencia y espíritu crítico. A todo ello, se le unía una creciente preocupación sobre el medio ambiente y el cambio climático y mi gran afición por la costura. Esto me llevó a investigar a fondo sobre la industria textil. Me di cuenta del enorme impacto negativo medioambiental que tiene tanto por la contaminación como por la sobreexplotación de los recursos naturales como el agua, por ejemplo. Y de las nefastas condiciones laborales en las que muchas personas del sudeste asiático fabrican nuestra ropa. Estamos en un momento en el que consumimos demasiado, muchísimo más de lo que necesitamos y, además, las empresas de fast fashion y ultra fast fashion producen colecciones sin tener en cuenta ni a las personas ni al planeta. La mejor decisión es reducir tanto en producción como en consumo de ropa, pero cuando las prendas ya están en el mercado, lo mejor es reutilizarlas tantas veces como sea posible alargando su ciclo de vida útil.

La Resistienda es un proyecto de emprendimiento de economía social y solidaria que consiste en una tienda de ropa de segunda mano en la que alumnado y profesorado del instituto intercambia prendas en buen estado a través de llavors, nuestra moneda social. Así le damos una nueva vida a la ropa que ya no queremos por la razón que sea, pero que está perfecta para seguir usándola.
Se trata de una iniciativa educativa que gestiona el alumnado que cursa las materias de Economía, y Economía, emprendimiento y actividad empresarial de primero de Bachillerato. Ellos y ellas son los verdaderos protagonistas de este proyecto que ya llevamos realizando durante 4 cursos académicos en el IES L’Allusser de Mutxamel. Se encargan de todo el proceso. Realizan la comunicación y promoción por las aulas de la apertura y recogida de ropa, son los cajeros y cajeras y los dependidentes y dependientas, montan y desmontan la tienda en el aula y se encargan de clasificar, valorar y etiquetar las prendas, así como de su cuidado y almacenaje adecuado.
Abrimos La Resistienda dos veces al año en el interior del instituto. La apertura es antes de las vacaciones de Navidad y antes de las de Pascua, que generalmente coincide con el cambio de armario. Durante esos días profesorado y alumnado puede entregar prendas de ropa, recibir sus llavors correspondientes y comprar otras prendas que sí vayan a utilizar. Todo el intercambio se hace a través de llavors, nuestra moneda social. Aunque de manera excepcional también se puede comprar con euros, la idea es utilizar una moneda social que por sus características son muy adecuadas para iniciativas de la Economía Social y Solidaria como La Resistienda, ya que favorecen la creación de comunidad, fomentan el intercambio y el desarrollo sostenible. Es muy interesante ver cómo de una manera lúdica toda la comunidad educativa reutiliza, intercambia y se va concienciando poco a poco del impacto que tienes sus decisiones de consumo.
Además, lo lleváis fuera del centro y lo integráis en el municipio.
Sí, desde el curso pasado también sacamos La Resistienda al pueblo de Mutxamel. Era una idea que tenía hace un tiempo, generar alianzas con el municipio. Así que me puse en contacto con la Casa de la Joventut, les propuse la idea y les encantó. En el mes de mayo celebramos la Fiesta de Intercambio de Ropa de Verano en la Casa de la Joventut de Mutxamel, ya llevamos dos ediciones. Toda la gente que quiere puede participar durante esas dos horas. Traen sus prendas, las cambian por llavors y pueden comprar lo que haya en los percheros. Pasamos una tarde genial intercambiando prendas. Se genera un ambiente maravilloso con personas de diferentes generaciones y, sobre todo, de fuera de instituto. El alumnado disfruta de una gran experiencia que les encanta y creo que aprenden muchísimo más que si yo les diera una clase en el interior del aula sobre cómo calcular las ventas de una empresa. Aprenden mediante la propia experiencia y creo que así su aprendizaje es significativo.
La relación que hemos creado con la Casa de la Joventut de Mutxamel, que desde el primer momento me ayudaron y apoyaron la iniciativa, es increíble. Hemos formado un gran equipo de trabajo y la Fiesta de Intercambio de Ropa se ha convertido es una gran actividad con la que todo el mundo disfrutó mucho.

¿Cuál fue la primera reacción de los alumnos cuando se planteó el proyecto?
La Resistienda, como te decía anteriormente, surgió de conversaciones con mi alumnado y mi propia investigación e interés sobre la industria textil. Me considero una profesora que constantemente está aprendiendo y proponiendo proyectos para hacer con mi alumnado. Creo que ellos y ellas detectan esa pasión y ganas que hay en mí y se contagian.
Hay que tener en cuenta que doy materias que están muy en contacto con la realidad, como son la economía y el emprendimiento. Trabajo mucho con el alumnado el concepto de trabajo en equipo, el compromiso, la confianza, la complementariedad, la coordinación y la comunicación. Además, realizo muchas actividades previas antes de poner en marcha La Resistienda. He diseñado una situación de aprendizaje que se llama “¡Vaya tela!” en la que les propongo cuatro retos que consisten, a grandes rasgos, en investigar la industria textil y extraer datos, conocer dónde y cómo se produce la ropa, saber adónde van las prendas cuando las tiramos y qué otras opciones hay. Además, visitamos Proyecto Lázaro, la empresa de inserción laboral encargada del residuo textil en Alicante. Todo eso les hace tener una visión más completa y global y mucha más conciencia, lo cual sienta las bases para después abrir La Resistienda y que se quieran implicar.
¿Cuál es el siguiente paso de La Resistienda?
Ser capaces de seguir haciéndola. Todos los años le digo a mi alumnado que vamos a subirla de nivel. Hay personas que piensan que subir de nivel este tipo de proyectos puede ser vender más, pero nuestro objetivo no es el hecho de vender ropa por vender si no por salvar prendas de ropa. Hasta ahora llevamos salvadas casi 1.500 prendas de ropa y en cada apertura están participando alrededor de 100 personas. Cada vez tenemos más prendas y vendemos más. Esto por un lado nos alegra, porque estamos dando vida a mucha ropa que acabaría incinerada o en algún desierto de ropa, pero también nos da una muestra del consumismo desmedido que tenemos y el valor que le damos a las prendas, que las consideramos más de usar y tirar.
Llevar a cabo un proyecto como este no es tarea fácil, pero mi motivación es mi alumnado. Todas las valoraciones que me han hecho los casi 100 alumnos y alumnas que han participado a lo largo de los años en La Resistienda es positiva. Es cierto que hay muchas cosas que mejorar y que voy intentando pulir año a año, pero mientras el alumnado quiera seguir llevando a cabo La Resistienda y esté comprometido con ella, seguiremos haciéndola.
Durante este año, me he centrado también en dar a conocer el proyecto y compartir mi experiencia con otros docentes. En enero, tuve la oportunidad de hacer una ponencia en Madrid en las V Jornadas de Profesorado de Economía organizadas por Economistas sin Fronteras y la Red de Finanzas Éticas y Solidarias. La experiencia fue maravillosa y La Resistienda tuvo una gran acogida y que muchos docentes se han interesado y me han preguntado para poder reproducir la iniciativa en sus centros educativos.
Además, el próximo mes de junio participaré como ponente en las VII Jornadas de Intercambio de Experiencias Educativas en el IES Gaia de San Vicent del Raspeig. Es algo que también me hace mucha ilusión porque es aquí en la terreta y estoy deseando escuchar y aprender de otros compañeros y compañeras. Creo que es algo necesario y enriquecedor salir de nuestro instituto y compartir con otro profesorado estas experiencias.
¿Qué objetivos principales tiene La Resistienda?
A mí me gusta hacer una pregunta a mi alumnado. Les pregunto si alguien alguna vez ha comprado ropa de segunda mano, muy pocos alumnos y alumnas levantan la mano. Seguidamente les pregunto si alguien alguna vez ha heredado ropa de un hermano, prima o madre, y casi todo el mundo levanta la mano. Así se dan cuenta de que eso también es ropa de segunda mano y se les va un poco el tabú.

Otro de los objetivos es que aprendan habilidades emprendedoras como el trabajo en equipo, la creatividad, la comunicación, la toma de decisiones, la planificación y organización, la resiliencia, … Por supuesto que aprendan a tratar con datos, la gestión de una tienda, la clasificación y organización de los elementos o el análisis de datos de recogida, participación y ventas. También queremos concienciar sobre la contaminación de la industria textil y las condiciones de casi esclavitud que realizan las personas, en su mayoría mujeres, que fabrican nuestra ropa. Además, La Resistienda genera comunidad, muchas personas, profesorado y alumnado, se sienten orgullosas y presumen de prendas compradas en la tienda.
Los datos de ventas de La Resistienda son realmente impactantes. Nos gusta analizarlos para evaluar cuantitativamente alguno de estos objetivos. En los últimos tres cursos, si sumamos todas las aperturas dentro del instituto y las dos Fiestas de Intercambio de Ropa en la Casa de la Joventut, hemos vendido casi 1.500 prendas de ropa. Es decir, hemos salvado casi 1.500 prendas que ahora usará otra persona, esperemos que muchas veces. Esto, como comentaba anteriormente, nos da una perspectiva de la gran cantidad de ropa que compramos, que desechamos y que puede seguir circulando.
¿Qué otros proyectos se están realizando en el centro sobre todo este tema?
Los pantalones vaqueros son una de las prendas que más agua consumen, alrededor de 10.000 litros, y sus tintes son muy contaminantes, así que lo mejor es utilizarlos de todas las maneras posibles antes de tirarlos definitivamente. Y tenemos muchos en La Resistienda, alrededor de unos 80 pantalones. Así que, con ellos hemos confeccionado guirnaldas decorativas, cojines para el Racó Sostenible, bolsos y ahora estamos haciendo monederos.

También tenemos muchas camisetas en La Resistienda y una manera fácil de darles una nueva vida cuando tienen un pequeño roto o están algo desgastadas es hacer un upcycling y convertirlas en una bolsa. Es un taller fácil que imparto a mi alumnado de 4º de ESO de la materia de Economía y emprendimiento y que tiene un gran impacto.
El curso pasado, la diseñadora Neus Flores nos dio un Taller de Bordado que fue muy interesante para crear prendas que tuvieran más valor porque las hemos decorado nosotras mismas.
Además, el uso de llavors como moneda social del centro está ampliándose y, durante la Feria del Medi Ambient, también se pudo comprar con llavors libros de segunda mano en el stand de la Feria del Libro.
Desde el departamento de Economía y La Resistienda colaboro con otros departamentos y el propio centro educativo y siempre pueden tener acceso a prendas de ropa para las obras de teatro o para alguna necesidad específica de algún alumno o alumna.

En 3º de la ESO, en la materia optativa que imparto que se llama Taller de Economía, enseño a mi alumnado a coser Portabocadillos Reutilizables TECO reutilizando restos de tela de camisas o sábanas junto con plástico certificado de uso alimentario. Después, los vendemos a alumnado del centro y con el dinero que obtenemos lo donamos a la ONG que elijan. Es una iniciativa social, sostenible y solidaria. Por ejemplo, el año pasado donamos el dinero recaudado a la protectora de animales ASOKA.
Como te he dicho anteriormente, siempre tengo ideas en mente, así que, de cara al futuro, tengo algunos proyectos relacionados con la industria textil y la ropa que me gustaría poder implementar en el centro educativo.