Pascual Andrés Tévar nos envía este artículo
En estos inicios del mes de marzo de 2022, se van poco a poco, paso a paso despejando las ansiedades y la depresiones y las luchas internas, de una larguísima trayectoria de una pandemia, y se vislumbra entre disyuntivas y debates intensos, un horizonte nuevo, que necesita más que nunca, aplicarse con paciencia, porque queda mucho por trabajar, y por superar.
Es encender luces, cuando tienes un poco de tiempo, para pensar en el AMIGO, que hace mucho tiempo, que sabes que está pasado una etapa difícil de su vida. Y tratas de encontrar un motivo para ayudarle, y animarle de verdad, en su lucha de superación, para seguir su camino.
Dejándole siempre claro, que estás a su lado, desde el corazón sin fronteras, al amigo de toda la vida. Es encender luces, cuando tienes argumentos para volver al trabajo de cada día, con nuevas razones, para que lejos de las rutinas, y protocolos, hay nuevos argumentos, para darle un nuevo
sentido a los retos, que se ven de otra forma, cuando te atreves a alejar, aunque sea por instantes, los condicionamientos de la pandemia, invasora y traidora de nuestras emociones.
Es encender luces, cuando te sabe mejor el cansancio, y los dolores, cuando eres consciente que son los síntomas del trabajo, y de las luchas internas, alejados de diagnósticos pandémicos, y que hasta le dan sentido a otra forma de sufrimiento, y recuperación mental, investido de todas
las dosis de solidaridad. Y hasta el paracetamol, recupera todo su valor de animador, en las cuestiones de alejar molestias, y ver la vida de otra manera.
Es encender luces, cuando desde los CENTROS DE SALUD, y las CONSULTAS EXTERNAS DEL HOSPITAL, se recuperan los números y las fechas de los turnos, en los esperados tratamientos, recuperaciones, rehabilitaciones, e intervenciones, para que de alguna manera, entrar en la reapertura de la normalidad en la vida sanitaria, y del ánimo en el valor de la confianza
compartida en todos los sentidos.
Es encender luces, cuando volvamos a buscar las reuniones con los AMIGOS, y reinterpretar cada momento compartido, y que tengamos claro, que sigue viva la AMISTAD en todos los sentidos, los que sabemos y los que tenemos que descubrir cada momento. Y que es vital, volver a
recuperar los momentos mágicos, que nos liberan de las depresiones, y los reconvertimos en motivos de recuperación de las libertades oprimidas de pandemia, y las consecuencias y ataduras que conlleva.
Y cuando parecía que se encendía las luces de la salida del túnel, se abre otro inmenso de la GUERRA, para el que tampoco se está nunca preparados y preparadas. Y como me coge como a todos y todas de improviso infinito, escribo estas primeras palabras, y lanzar esta inicial reflexión.
Con todas las condiciones globalizadas a nivel de NACIONES UNIDAS de la UNION EUROPEA, DE ESTADOS UNIDOS, DE CHINA, y todas ORGANIZACIONES del mundo, habidas y por haber, no hemos sido capaces, de llegar a evitar la GUERRA, y dejar que UCRANIA se convierta en otro
infierno televisado, invadido por todos los medios de la tecnología, para narrar en cada telediario, noticiario, el infierno que se está viviendo dentro, y que se vive en los refugiados.
Tal vez la SOLIDARIDAD nos salva, porque es otra forma de combatir, pero nunca podemos conformarnos con eso. Es necesario, preguntarse una y otra vez, porque se ha llegado a laGUERRA, y pensar, que no se ha hecho todo lo posible o imposible, por evitarla, porque se sabía desde hace tiempo, las causas, y no se han levantado los LIDERES y los POLITICOS, que echamos de menos en estos tiempos difíciles, para conseguir, que dialogando, con sentido común y solidario, alcanzar, con todo el tiempo necesario, el acuerdo de la convivencia entre los pueblos.
Así que se trata de encender otra LUZ en la búsqueda incansable de la PAZ, y ponernos a trabajar sin miedo, para cada uno y cada una, desde su sitio, desde su casa, desde su trabajo, desde su espíritu solidario, para conseguir que se luche, sin violencia, hasta el infinito, para que se alcance la convivencia pacífica. Porque todos y todas, tenemos una responsabilidad en esta misión, queramos o no queramos, y es cuestión de aceptarla, y de trabajar en esta misión.
En estos momentos de zozobra, de sufrimiento, y de incertidumbre, tenemos que agarrarnos a los valores de la convivencia en libertad, y no dejarlo en una hermosa frase, sino transformarlo en nuestra forma de ayudar, a que se alcance la PAZ. Y ponerse manos a la obra, para que
siempre, siempre, tengamos una misión incuestionable y solidaria, de que somos ciudadanos y ciudadanas de UCRANIA. Y estamos inmersos en esa búsqueda, y siempre bajo la increíble luz mediterránea