LAS SOLEDADES Y EL CONTROL DEL TIEMPO Y LA BÚSQUEDA INFINITA DEMÁS ALLÁ DE LA JUBILACIÓN

Pascual Andrés Tévar

Cuando como en mi caso, llevas unos pocos meses de jubilado, y a mi manera, me he metidoen la desconexión, que ha sido, y es, un camino complejo, porque al mismo tiempo, teempiezan a invadir otros pensamientos, otros sentimientos, y tantas dudas existenciales, queno sabes cómo ordenar tu vida. Y quiero, a través de esta hermosa ventana de SOMOSRASPEIG, tratar de hacer llegar este complejo proceso de desconexión, después de toda unavida de más de 48 años, metido en el mundo de la asesoría laboral, y los periodos anterioresque mi Padre me buscaba trabajo veraniego entre estudios, y otras historias.Para empezar, te enfrentas a las vivencias de la soledad en casa, ahora estoy con la compañerade mi vida, Carmen, y nuestro gatito persa, Lolo, porque mi hijo, David, está en Alcázar de SanJuan con su empresa de arquitectura y otras historias de diseños y tecnologías, que no se nidefinir, pero que son hermosos y desafiantes retos, por lo que nos cuenta, con la pasión pordelante. Y mi hija, Rebeca, está en el piso tutelado, donde tiene todo lo que necesita paraconvivir con su enfermedad mental, y las ilusiones que me transmite cada amanecer. Así queen casa, me he inventado mi despacho, y me conecto con el mundo, a través de mi Equipo delalma, de la ventana de las películas semanales de nuestro hermoso cine La Esperanza, y deintentar el control de la cuenta bancaria, y con esa mezcla extraña de motivaciones, trato desituarme adecuadamente, para comenzar el día.Cuando te jubilas, el enemigo público número uno, es la soledad, la normal de sentirte solo pormomentos que parecen interminables, y la real, sentando en tu particular despacho casero, y ,de que no tienes claro que hacer con tu tiempo. Y puedo asegurar, que es necesario, trabajarduro este tema, antes de empezar a tirar la toalla. Así que, para que no me ataque de llenoeste cruel enemigo, recurro a lo que sea, para tratar de combatirla. Y de momento, estoyconsiguiendo apartarla, a mi manera. Y al mismo tiempo pienso en el amigo del alma ycompañero de la larga aventura de la empresa, Javier, y me reconforta que esté encontrandoalicientes, que le mantienen intenso, y con ilusiones nuevas, en el nuevo camino después de lajubilación, y eso, también, me influye, para darme ánimos y fe, para seguir adelante.Combatir la soledad, es salir de casa, inventándose rutas, para ir a tomar el café con leche y elzumo mañanero. Y después, a tu manera, almorzar, y comer, y tomar café y copa, en tu sitiofavorito, y desde tu mesa solitaria, o con los amigos, o compañeros y compañeras de tertulias,participar en las conversaciones animadas, o reflexionar, sin prisa pero sin pausa, tratando, ami manera, de encontrar el sentido de la vida, en los pequeños e insignificante detalles. Ypuedo asegurar, que tengo tantas preguntas sin respuesta, que me queda mucho tiempo paradescubrirlas. Así que no me invade, del todo, la angustia, al contrario, al final, me entra unpoco de ansiedad de pensar todos los mundos que me faltan por descubrir.Combatir la soledad, es asumir nuevas responsabilidades, y no veas las que me han venidoencima, cuando en la Peña Madridista San Vicente del Raspeig, se han percatado de misituación ,no paran de buscarme nuevos retos , empezando por el pasado 36 Aniversario del07-09-2024, y por otros nuevos como revisar los nuevos socios, revisar el cobro de las cuotas, ylo que es todo un desafío como he contado otras veces, como es conseguir entradas para elSantiago Bernabéu , que es un reto con mayúsculas, por todo el proceso que hay quededicarle, y siempre con el desafío de no tener claro si podrás conseguir todo lo que tesolicitan los socios , semana tras semana. Así que combatir la soledad, es como dice un amigo,es asumir que al jubilarte, te conviertes en un agente de bolsa, es decir que la compañera de2mi vida, te va dando notas, para recado por allí, recado por allá, y que no se te olvide nada,porque sabes lo que pasa. Y en mi caso, y menos mal, que voy callejeando, y como tengo que ircaminando, porque no conduzco desde la pandemia, pues hago ejercicio al mismo tiempo.Pero, con paciencia, me voy organizando, poco a poco.Combatir la soledad, es cada semana, estar un día el sábado o el domingo, con mi hija, paracomer y pasar un buen rato juntos. Y es una buena y sana recompensa, para compartir susvivencias en el piso tutelado y en la sede, y estar más cerca, cara a cara, que los WhatsApp,muchos, de cada día, no pueden ni deben compensar, estos buenos e intensos momentosjuntos. Y alejando las amenazas constantes y los monstruos como ella me dice, y tratando devivir la vida de otra manera, y cargar las pilas para la semana siguiente.Combatir la soledad, es tener la oportunidad impagable, de estar buenos ratos, cada semana,en la sede de la Peña, para compartir, de verdad, con los amigos del alma, los partidos connuestro equipo de alma, y desde nuestro palco , ahora con esa televisión tan grande, queparece que estamos dentro del Santiago Bernabéu, nuestro templo. Y vivir y compartir, comoles digo más allá de las estrellas, ese amor a los colores en todo lo que representa, como formade ser y de andar por la vida. Teniendo claro, que sin esfuerzo, respeto, superación, tolerancia,solidaridad y sufrimiento, no se puede conseguir nada que merezca la pena. Así que salimosreforzados de moral, cuando pasamos esos buenos ratos, cargados de pasión y sufrimiento, ennuestra otra casa, de peñistas y de madridistas.Combatir la soledad, es percatarse, que trato de hacer ejercicios, más de esa media hora decaminar cada día que aconsejan los expertos, porque voy caminado a todos lados. Y una vezpor semana, me voy a caminar desde el amanecer alrededor de las 6 de la mañana, por lasrotondas en la carretera hacia San Juan de Alicante, aunque me quedo en la de Rastro Remar opoco más, casi dos horas, tratando de buscar una forma de hacer ejercicio a mi manera. Pero,cada vez, poco a poco, voy notando que mi mente está totalmente en desacuerdo con micuerpo, concretamente con mis piernas, y a pesar que voy una vez por semana al masajista, yamigo, me está costando alcanzar lo que pretendo. El cansancio, me ataca, el quiero y nopuedo, es casi una norma. Y no me queda más que luchar y luchar. Y aunque tenga querecortar trayectos, y tiempos, tengo el desafío cada amanecer, de no venirme abajo, de seguirluchando y luchando. Al menos, trabajo con la mente, que es otra forma de desafiar el futuro.Combatir la soledad, es tener, en mi mesa del despacho casero, un montón de notas, y decajas, que me dicen que tengo mucho por hacer. Y combatiendo el agobio, voy guardando, enmi ordenador, la inmensa tarea, de archivar informáticamente, sacando papeles y documentosde las carpetas y dossiers y notas varias, y deshacerme de los papeles poco a poco. No sé si loconseguiré, Pero a mis casi 74 años, no tengo demasiada prisa, porque no me faltaba más, quemeterme presión, como si estuviera todavía en el despacho. Así que como decía el poeta:“caminante no hay camino se hace camino al andar”, y sentirlo como una filosofía de vivir. Eso,si lo consigues hacer, aunque sea un minuto cada día, es como le digo a los amigos, ganar elfuturo, es vivir el día a día, como si fuera el último. Y es un éxito, una batalla ganada conilusión al futuro.Combatir la soledad, es luchar contra el desánimo, y las dudas, y el sufrimiento, de lo quepierdes en el camino, por duro que sea, y con el homenaje infinito de corazón, tiene queservir, para reforzar el espíritu ante la tristeza inmensa, para luchar sin descanso, y a mimanera, y poder encontrar nuevas formas de desafiar el futuro. Y tener y buscar el tiempo,que ahora es un arma difícil de manejar, para pensar, de verdad, en los demás, y ser solidario,y ser paciente, y saber escuchar, y saber ayudar, a los que tienen más problemas y másdificultades, para vivir y compartir la vida.3Así que, ya contaré nuevas sensaciones de estas soledades, pero al final me quedo, que la vidasolo tiene sentido, si sabes encontrar motivos y alicientes, algo por lo que luchar en cuerpo yalma. Y aunque el cuerpo no siga a la mente, el espíritu de superación hay que mantenerlobien vivo, como sea, cada amanecer, y más todavía si sabemos buscar, y encontrar el influjosuficiente, aunque sea en cuentagotas, de nuestra increíble luz mediterránea.

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