Entrevista a Ana López Boluda (árbitro de Taekwondo y ganadora del premio a Mejor árbitro en la Gala del Deporte de San Vicente)
Ana López ha sido una de esas mujeres y deportistas que han brillado en la sombra durante muchos años, logrando finalmente la trascendencia merecida en la pasada gala del Deporte de San Vicente, donde conquistó el premio a ‘Mejor árbitro’ gracias a una vida dedicada al Taekwondo que vamos a repasar en las siguientes líneas.
Comenzó a practicar el deporte que se convirtió en su pasión a los diez años, pero su carrera pronto giró hacia el lado arbitral gracias a la influencia de su primer maestro, David Ponce, que le introdujo en un mundo que le fascinaría entonces y le sigue fascinando ahora. Comenzó por casualidad, cronometrando los asaltos y los descansos en un campeonato regional, antes de sacarse la titulación pertinente para estar presente en las principales competiciones autonómicas.
No fue fácil abrirse paso a nivel nacional en una época donde la mujer seguía encontrando barreras (más de las que encuentra ahora) en el mundo del deporte. José Molero, que entonces dirigía el estamento arbitral en la Comunidad Valenciana, fue el encargado de promocionarla tras intuir todo su potencial. Desde entonces no dejó de crecer, sacándose certificados internacionales a través de una beca que le permitieron llevar su pasión por el Taekwondo más allá de nuestras fronteras.
Más de 15 años al máximo nivel
Actualmente se han cumplido 15 años desde que se convirtiera en árbitro internacional, tiempo en el que ha viajado por todo el mundo estando presente en las principales competiciones intercontinentales. Esta progresión sólo se detuvo hace seis años por el nacimiento de su hija, volviendo a retomar su carrera arbitral para seguir labrándose un currículum envidiable. “El torneo que más me impactó fue el Mundial de Manchester y su impresionante pista central”, declara Ana, matizando que “lo que más destaco de todos estos años es la gente que he conocido, desde voluntarios a árbitros de todas las partes del mundo”.
“Lo que más destaco de todos estos años es la gente que he conocido, desde voluntarios a árbitros de todas las partes del mundo”
Desde los JJOO de Sídney 2000, el Taekwondo es modalidad olímpica, lo que catapultó a esta disciplina pasando de ser un simple arte marcial a convertirse en un deporte que ha dado muchas alegrías a España en forma de medallas.
Ese cambio coincidió también con la irrupción de la tecnología, que facilitó la labor arbitral con los cascos y petos electrónicos que permiten asegurar los contactos, labor que antes correspondía a los árbitros (con la dificultad que conlleva en combates con movimientos a gran velocidad). “La tecnología nos ha ayudado y quitado responsabilidad”, señala nuestra protagonista, aunque advierte que “los árbitros todavía tenemos muchos roles que asumir a la hora de aplicar sanciones y decidir los puntos técnicos”.
El sueño de Tokio 2020
2020 es año olímpico (más bien era, porque hablamos con Ana antes de que estallara todo esto) y Ana tiene el sueño de ser una de las elegidas para acudir a Tokio, aunque ella misma declara que “es muy difícil y ahora mismo no me veo dentro”.
“Ahora mismo no me veo dentro de los juegos”
Ana acababa de estar en Costa Rica dirigiendo el preolímpico americano y sigue disfrutando de cada combate como si fuera el primero, revisionándolos con posterioridad y viendo vídeos para mejorar cada día, además de prepararse físicamente para poder seguir el alto ritmo de los combates. Es una perfeccionista de su trabajo, dando la vuelta a los errores y con problemas para dormir en los días previos a las grandes competiciones, siendo ese afán por mejorar el que le ha llevado a lo más alto en el estamento arbitral.
Mujer y deporte
“Por suerte”, según declara la propia Ana López, “el Taekwondo es un deporte muy igualitario”. Según explica, las competiciones europeas y mundiales acogen en un mismo lugar los combates de hombres y mujeres, algo que no ocurre en otros deportes donde los chicos tienen su mundial, su sede y su difusión, mientras las competiciones femeninas van por otro lado, normalmente con una menor visibilidad.
“El Taekwondo es un deporte muy igualitario”
“En los juegos Olímpicos, para la disciplina del Taekwondo seleccionan 30 árbitros (15 chicos y 15 chicas), añade, en otro ejemplo más que certifica el hecho de que “la mujer está bien considerada en este deporte”.
Gala del Deporte
San Vicente descubrió a Ana López en la pasada Gala del deporte, donde fue coronada como mejor árbitro del año 2019. Hasta entonces, había permanecido en un segundo plano, sin querer alardear de sus logros y presencias en escenarios de primer nivel. Ahora, ya no podrá pasar desapercibida, ya que tiene a todo San Vicente apoyándola por su trabajo, pasión y dedicación. “Fue una doble satisfacción recibir el premio ya que pude ser profeta en mi tierra, lo que me hace estar súper contenta”, concluye Ana, que el año pasado fue nombrada ni más ni menos que mejor árbitro internacional por la Federación española de Taekwondo.
Hemos creído que Ana López era la mejor protagonista posible para este nº 0. En su figura convergen los valores de la mujer y su lucha, los valores del deporte y los valores que aporta la educación. Sin duda, una sanvicentera de la que sentirnos orgullosos.
Faceta educativa
La otra gran pasión de Ana López es la docencia, y desde hace seis años es profesora de Educación en el IES San Vicente, precisamente el centro donde estudió en su día. “Algunos de mis compañeros llegaron a ser mis profesores”, indica. El director, la vicerrectora y “toda la familia del instituto”, como la define Ana, estuvieron acompañándola en la gala del deporte y disfrutaron al escuchar su nombre como una de las ganadoras. “He recibido muchas felicitaciones de compañeros y alumnos”, asegura sin renunciar a la humildad que le ha caracterizado toda su carrera.
San Vicente ha tardado 15 años en descubrirla, pero ahora le seguirá de cerca intentando empujarla en su sueño por estar en una cita olímpica que sería un logro inolvidable para ella y para todo el municipio. Los primeros que la apoyan son los que la ven cada día, sus compañeros del IES San Vicente, donde le facilitan la posibilidad de compaginar la enseñanza con los largos viajes que tiene que hacer a menudo. “Sólo puedo tener palabras de agradecimiento hacia todos ellos”, acaba nuestra protagonista.
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