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No son leones, pero saben rugir

Por los saltos alguien pudiera haber pensado que eran cuatro monos los que el sábado 5 de septiembre actuaban sobre el escenario de las “Noches Mediterráneas” del Puerto de Alicante, pero eran un puñado de héroes intentando hacer una fiesta; ¿qué podía ir mal?, nada en concreto.

Sencillamente fue un show fuera de lo común el que ofrecieron León Benavente, tanto por la música como por la puesta en escena con una iluminación exageradamente espectacular.

Comenzaron el concierto volando alto, y lo terminaron volando muy alto, como era de esperar en los leones.

Un espectáculo con una intensidad paranormal durante toda su duración, sin cambios de ritmo ni descansos, y sin unos tiempos definidos; el ritmo fue el más elevado de los ritmos, desde el principio hasta el final, el que marcaron las guitarras y los sintetizadores. Intensidad que consigue mantener durante todo el concierto el cantante Abraham Boba, que se encuentra como poseído, porque es la música la que le nace de dentro.

Una celebración en la que León Benavente nos permitieron hacerles una visita al mundo que define su propio universo, muy alejado de los lugares comunes; con una música difícil de encuadrar en los estilos habituales, situada más bien en territorios entre el rock, el indie, el pop, y la música electrónica, y con unas letras ácidas y sinceras, que cuentan verdades como puños y van directas al estómago, mientras consiguen hacerte bailar y cantar como si no pasara nada.

Tocaron algunas canciones de sus dos discos anteriores “León Benavente” (2013) y “2” (2016), pero el peso del espectáculo estuvo sostenido por los pilares de su último disco “Vamos a Volvernos Locos” (2019), del que tocaron todos los temas. Queda clara la evolución del grupo, y que están en un momento de eso, de volverse locos.

Como locos nos volvimos todos los que allí estábamos, y levantábamos las manos al ritmo de los arpegios, y fue mano de santo.

Abrieron con “Siempre hacia delante”, quizás como una declaración de intenciones del momento que nos ha tocado vivir:  “si falla el motor que nos mueve, si falla el motor no te sueltes”.

Y a partir de ahí repasaron íntegramente las canciones del último disco “Vamos a Volvernos Locos” (2019), como “Cuatro Monos”, “Amo”, “Como la Piedra que Flota”, “Mano de Santo”, “Tu Vida en Directo”, “Volando Alto”, “No hay Miedo”, “Disparando a los Caballos” o “Ayer Salí”

Del anterior disco “2” (2016) se oyeron temas como “La Ribera”, “Aún no ha Salido el Sol”, o “Tipo D”; mientras que del primer disco de la banda “León Benavente” (2013) pudimos disfrutar de canciones como “Estado Provisional”, o “Ánimo Valiente”.

El público, desde el primer compás, parecía estar fuera de sí, eso sí bailando como se baila ahora, con los brazos en alto y desde las butacas, pero bailando. Y cuando alguno quería dejarse llevar y venirse arriba, el cantante le hacía señales y conseguía mantener la normalidad, la nueva normalidad.

Abraham Boba sólo interrumpió el show para presentar a los músicos y agradecer al público su presencia que, como dijo, agradecía el triple por la situación que vivimos y porque en marzo ya habían pasado por Alicante, y muchos de los presentes habían asistido a aquél concierto al límite y ahora repetían. También para agradecer a la organización y al equipo técnico porque, “aunque no es el Low, esto está muy bien”.

En los bises tocaron tres temas, una canción de cada uno de los discos.

Ya presentados los músicos, entonces presentó a la banda con la primera canción “Somos León Benavente, y esto es La Canción del Daño”, que le dedicaron a los que no habían podido asistir como consecuencia de las exigencias de las autoridades de limitar el aforo, lo que obligó a la organización a devolver el resto de localidades, no pudiendo asistir una gran parte del público que ya había comprado su entrada.

Y éste fue el único momento de debilidad de los leones, ya que “La Canción del Daño” (“Vamos a Volvernos Locos”. 2019) es una suerte de canción lenta que te remueve las emociones y te golpea en lo más profundo del alma, casi sin darte cuenta.

Pero, como la cabra tira al monte, rápidamente volvieron a sus senda y subieron de nuevo el nivel con “Ser Brigada” (“León Benavente”. 2013), para cerrar con el éxtasis musical de “Gloria”.

La sensación tras el concierto, era como la de haberse subido a todos los puestos de la feria.

No son leones…pero saben rugir.

La banda puso toda la carne en el asador, pero también la organización de “Producciones Baltimore”, ya que sin tiempo tuvieron que reorganizar el concierto para limitar el aforo, y devolver una buena parte de las entradas vendidas.

Además, el personal durante todo el espectáculo trabaja para que los conciertos se desarrollen con unas estrictas normas sanitarias, al aire libre, distribuidos por localidades y adaptados a las nuevas medidas de protocolo sanitario, con aforo reducido, distancia de seguridad, dispensadores automáticos de gel hidroalcohólico, desinfección y limpieza del espacio antes, durante y después del evento, utilización de mascarillas obligatoria, vasos de un solo uso, y prohibición de fumar.

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