José Enrique Bernabeu Pérez nos envía un nuevo texto de opinión:
Tras dar por superada la gran ola de la pandemia y anunciar, tras ver la luz al final del túnel, que lo más duro y difícil había pasado, palabras de nuestro Presidente, la ciudadanía, alentada por tales afirmaciones y animada a ello, toma las calles y se lanza alborozada al disfrute de unas vacaciones a las que un letal virus había puesto en cuarentena.
Así, como un ciudadano más, nuestro Presidente diligente él, da inicio a su vacaciones. Para ello, con el fin de solazarse con la familia y recuperarse del insomnio que le produce su Vicepresidente así como del desgaste que le supuso su papel de “privilegiado espectador” durante la reciente Cumbre Europea, piensa, como lugares idóneos para tal fin, en el palacio de la Mareta sito en la isla canaria de Lanzarote, y en el palacio de las Marismillas, en pleno parque de Doñana. Palacios ambos que forman parte del patrimonio Nacional, mas inaccesibles al común ciudadano.
Nada hay de reprochable en que las vacaciones, como tal, formen parte de la agenda de un Presidente de Gobierno. Lo reprobable, es que el nuestro inició las suyas cuando los casos de infectados y fallecidos iniciaban una alarmante escalada. Una escalada que vuelve a colocarnos a la cabeza de contagios por número de habitantes. Clara muestra de que la luz era muy tenue y el túnel demasiado largo.
Reprobable huida estival la suya cuando las CC.AA esperaban una legislación, una normativa, que pusiera luz al desaguisado en que se ha convertido lo que se ha venido a llamar “la Cogobernanza”, que pusiera luz a la incertidumbre de la vuelta a las aulas. Reprobable huida cuando la zozobra atenazaba y atenaza a familias sumidas en los llamados ERTE aún sin resolver. Cuando el desasosiego alcanzaba y alcanza a los 750.000 solicitantes del IMV que ven la lentitud de la administración en aclarar sus casos (143.000 analizados y 80.000 reconocidos). Desasosiego que se incrementa cuando se reconoce que los primeros dineros aprobados por Europa no llegarán probablemente hasta Junio del 2021. Cuando los 21.300 millones igualmente aprobados por Europa a través del SURE y para el pago de los ERTE, ya se consideran insuficientes al reconocer el SEPE prestaciones por valor de 23.359 millones durante los 7 primeros meses del año. Y cuando nada se sabe de los 40.000 millones en avales para créditos aprobados por Real Decreto, y en vigor desde el pasado 7 de Julio. Desasosiego que se incrementa cuando desde la OCDE alertan de que España se descuelga de la recuperación de la Unión Europea.
Habría sido todo un detalle que el Sr. Sánchez hubiese guardado sus vacaciones bajo el colchón que su cargo de Presidente le obligó a cambiar. Hubiese sido un acto de solidaridad, de empatía, para con todos aquellos que sufren los rigores de la pandemia en los hospitales, en sus hogares, en las colas del paro, en las colas del hambre. Algunos lo tacharían de pura demagogia, tal vez lo sea, pero hubiese sido un detalle a reconocer y de agradecer.
Mas reconfortado en cuerpo y espíritu que para eso son las vacaciones, nuestro Presidente se apresta
a retomar su interminable oratoria, arrogancia y postureo habitual. Así, encarando con gallardía la situación del País, anuncia nuevas medidas consistentes todas ellas en que las Autonomías se apañen como puedan, en poner a disposición de las mismas 2.000 rastreadores del ejercito y poner los votos de la coalición de gobierno a disposición de aquellas que precisen implantar el estado de alarma en su territorio. Para finalmente y una semana antes de la vuelta a las aulas, sacar a escena a la Sra. Celá para aclarar lo que no aclara, y con ella al Sr. Castells, éste de vacaciones permanentes, el cual reconoce que no hay plan B y que se trata de sobrevivir a lo que nos encontremos. Toda una advertencia para la comunidad educativa obligada a sumar sus propios protocolos.
Quien asumió el mando único, quien acaparó todo el poder que aprovechó para decretar todo lo que se acomodaba a sus fines, hoy, en un claro intento de repartir responsabilidades y así aminorar las suyas, se lava las manos. Y tras su desastrosa y criticada gestión, pone en manos de las Comunidades Autónomas la solución al problema sanitario, educativo y social. Comunidades que deambulan en un limbo legal y cuyas actuaciones son, en no pocas ocasiones, por jueces enmendadas. Lo que representa un caos que repercute, complicándola, en la vida del ciudadano.
Ahora con una aparente y calculada actividad, vuelve a la televisión, se reúne con los presidentes de las empresas del Ibex y de las CC.AA. Habla de unidad pero demanda sumisión. Y reclama el apoyo de todos para la aprobación de unos presupuestos que apuntan a ideario y no a lo que realmente necesita el País y aconsejan desde Bruselas. Unos presupuestos cuya aprobación, y ese es el fin, salve la legislatura y su presencia en Moncloa. Para ello, desechando al PP al que no duda en chantajear y presionar para luego acusarlo ante la opinión publica de desleal, no tiene empacho alguno en prometer a unos y otros lo que quieren oír. Para ello interpreta la escena del sofá con la ciudadana Inés. Para ello llama al Sr. Torra y prepara la mesa de la negociación. Para ello habla de empatía y sensibilidad para con los condenados por el intento de golpe de Estado en Cataluña. Para ello habla de revisar el código penal en busca de una rebaja a las penas de sedición. Para ello el goteo constante de presos etarras en su acercamiento a las cárceles del Pais Vasco, y el lamento profundo por la muerte en la cárcel de Martutene de uno de sus miembros. Y para ello tiene el cuajo de enviar, tras su entrevista con los representantes de ERC, PNV y BILDU, a la portavoz Sra. Montero para darnos el mensaje de que hay que “buscar aquello que nos une, convencido de que hay mucho que nos une, pero sobre todo el amor a España” ….Sin comentarios.
