Pascual Andres Tévar

Cuando después de una larga travesía, desde la Pandemia, se plantea, se convoca, surge, y se
organiza, un reencuentro familiar, en una comida , celebrada el 26 de agosto pasado, que surge
la improvisación mejor consensuada, se me viene mensajes que reconfortan el ánimo, y el
espíritu de superación.

Una joven pareja Adrián y Julia, se desplaza desde Madrid, con el entusiasmo a cuestas, de sólo
unos meses de matrimonio, se desplaza a la casa de sus padres, en Alicante, donde se celebra la
comida. Otro joven David, venido desde su tierra de adopción de Alcázar de San Juan, se
desplaza a su casa en San Vicente del Raspeig, y desde allí a la casa donde se celebra la comida.
Otra joven veterana, Rebeca, se desplaza desde su piso tutelado, hasta la casa donde se celebra
la comida. Otra pareja, Carmen y Pascual, con más de 46 años navegando por la vida, se desplaza
desde San Vicente del Raspeig. El joven desplazado desde Alcázar de San Juan, la joven
desplazada desde el piso tutelado, y la pareja de más de 46 años juntos desde San Vicente del
Raspeig, vienen en el mismo vehículo juntos. Y todos están convocados en la casa de la pareja
Angel y Tere, con más de 47 años juntos, en su casa de Alicante, especialmente preparada para
la hermosa y lúcida ocasión.
El reencuentro se plasma en intensas conversaciones de la nueva pareja, Adrián y Julia, en su
ciudad de Madrid, que tiene tener y formar su propio hogar, en todos los retos, desafíos,
consecuencias, y pasiones a poner en marcha, el futuro compartido, que han decidido iniciar y
conquistar hace unos meses.
El reencuentro se plasma, en ese joven, David, que hecho así mismo, ha decidido, desde esas
hermosas tierras manchegas, hacer desafío, e historia , de su profesión , de sus vivencias, y
empeñado en superar nuevos retos, para ganarse no solo el futuro, sino el sentido de la vida, en
todas sus consecuencias, y pasiones, y misterios por desafiar, y resolver.
El reencuentro se plasma en veterana joven, Rebeca, que desde el piso tutelado, convive, lucha,
y vence los retos de la enfermedad mental, y la controla, en todas las amenazas, con todos los
que le ayudan, para saber convivir con ella, que no acostumbrase, y en definitiva saber adaptarse
a los retos de cada día, y compartir y ganar el futuro.
El reencuentro se plasma, en esa pareja Carmen y Pascual, que desde su hogar de San Vicente
del Raspeig, con más de 46 años compartiendo la vida, y tienen la oportunidad de demostrarse
así mismo, y a los demás, que han sobrevivido a las secuelas emocionales de la pandemia. Que
la vida continúa. Que envejecer juntos es hermoso. Y que queda, un nuevo camino por descubrir,
cuando el trabajo lo libere. Y tenga otro mundo desafiante por conquistar y compartir.
El reencuentro se plasma , en esa pareja anfitriona Tere y Angel, con más de 47 años
compartiendo la vida, que nos recibe en su acogedora casa en Alicante, y nos deleita con todo
lo que con pasión , ha pensado, y trabajado, en todos los detalles .
El reencuentro se plasma, en la joven pareja Adrián y Julia, que dejando aparcado unos días sus
trabajos de investigadores, se plasma ahora, en sus conversaciones para su nuevo hogar en la
ciudad de Alcobendas, en todos sus retos y desafíos, incluida la hipoteca.
El reencuentro se plasma, en ese joven David, en sus retos en la hermosa ciudad de Alcázar de
San Juan, superando los retos del trabajo, y sus buenos consejos de arquitectura, a la joven
pareja madrileña. Y al mismo tiempo, disfruta, de las merecidas vacaciones a conquistar.2
El reencuentro se plasma, en esa veterana joven, Rebeca, que desea volver después de un lago
mes de agosto, a la normalidad de ir a la sede desde el piso tutelado, superando el tiempo,
anticiparse más de una hora de autobús, por las obras de Alicante. Y nos cuenta un chiste, con
su forma única, con la carcajada abierta, como una trompeta de liberación.
El reencuentro se plasma, en esa pareja Tere y Angel, que conviven más de 47 años, en su hogar
de la acogedora ciudad de Alicante, y que nos abren de par en par las puertas de su casa, para
ofrecernos unos sabrosos aperitivos, una sabrosa comida, y unos deliciosos postres, y más cosas
tentadoras, que por su correcto orden, nos hacen sentirnos como en casa. Y convencidos, que
hemos superado los miedos, y las dudas, de la pandemia. Y que su vez, nos hemos
comprometido, a que sea el principio, de muchas más comidas y reuniones, y en salir a
celebrarlas, en otros lugares inesperados y desafiantes.
Así que, en este reencuentro del 26 de agosto de 2023, Tere, Angel, Adrián, Julia, Carmen,
Pascual, Rebeca y David, han conseguido un emocionante compromiso, que nos lleva y convoca,
a continuarlo en cualquier lugar y fecha, con la emoción y la pasión de la increíble luz
mediterránea.