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En busca de las desescaladas con sentido común y solidario

  • Pascual Andrés Tévar nos envía un nuevo artículo de opinión

En este mayo de 2021 cuando en su día 9 , parece que se acaba el Estado de Alarma, y le pasan la patata caliente a las Comunidades Autónomas, todas y todos, nos quitamos el corsé de las restricciones, y pasamos, cada uno y cada una, a su manera, a las desescaladas , sin frenos. Y es en este momento, cuando, tenemos que detener el frenesí, y pensar con sentido común y solidario al mismo tiempo.

Pascual Andrés Tévar

Es desescalada, seguir en el trabajo día a día, con las mascarillas y con los protocolos, pensando en nosotros como de costumbre, pero atreviéndonos, aunque sea en instantes egoístas, en pensar en los demás.

Es desescalada, pensar en la familia, empezando con la compañera o el compañero, con los que compartes la existencia cada día. Siguiendo con los hijos e hijas, que tienes en casa, o que tienes fuera de casa, pero percibiendo, que todas y todos, han entendido el mensaje, y los han interiorizado como parte de su vida y sus rutinas. Y que lo aceptan, poniendo fe, y trabajándoselo cada jornada con espíritu solidario.

Es desescalada, acudir a tu restaurante amigo, y aceptar el distanciamiento, solo, en familia, o con los amigos y amigas, si imponer protagonismos egoístas, y aceptando con humildad la alegría en cada detalle, y en cada carcajada, y en cada mirada, desahogando las ansiedades, y los miedos, y las tristezas y los desalientos.

Es desescalada, pensar y sentir las emociones, de cuándo volverán los días, en asistir a la Peña, para ver, compartir, sufrir y participar los partidos de tu equipo del alma, en la sede social. Y reencontrarte con los peñistas y amigos, y trasladarse mutuamente las emociones, y la fuerza en los valores que compartimos, para seguir adelante.

Es desescalada, comunicarnos con nuestros hijas e hijas, que entiendan, como en mi caso, que aunque no podamos vernos, dentro de casa, podamos aprovechar cada momento de reencuentro en el paseo, o en el restaurante , y aprovechar cada instante, para contagiarnos de emociones y de fuerzas en la superación.

Es desescalada, seguir aceptando la mascarilla, como norma de vida. Y usarla, con todas las precauciones posibles, y la tolerancia controlada con las vacunas, que nos van inmunizando paso a paso, cuando rigurosamente nos toca.

Es desescalada, aceptar, la lucha y el coraje diario, para ganar la batalla del tiempo, donde tantos esfuerzos, y sacrificios, científicos, y solidarios, envueltos en el sentido común, tengan la recompensa, paso a paso, de caminar en busca de la luz de la convivencia.

Es desescalada, atreverse a soñar, que no es una quimera, el poderse quitar la mascarilla, el descubrir el rostro, el descubrir la mirada limpia, el ver la luz al final de este controvertido túnel de la pandemia, y dejarse llevar por la increíble luz mediterránea.

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