Som Mutxamel / Yeray Vergara

El mutxamelero Raúl Úbeda lleva 8 años en el mundo de la Formula 1, hablamos con el para saber más sobre el mundo automovilístico y sus comienzos en este mundo.

¿De dónde te viene la afición por los coches?

La verdad es que cuando era pequeño, mi afición eran los aviones, no te voy a engañar, y pensaba en ser ingeniero aeronáutico, pero mi familia tenía un taller mecánico y me pasaba todos los veranos con la 10/11 en el bolsillo. El hecho de poder ver las entrañas de los coches, destripar los componentes, y apreciar toda la ingeniería que hay metida entre las cuatro ruedas me hizo olvidarme de los aviones.

¿De pequeño soñabas con todo esto?

Ciertamente sí, ¡pero la realidad superó a la ficción!  Cuando decidí que quería dedicarme a los coches, siempre tuve como objetivo apuntar a lo más alto, en este caso la ingeniería, y dentro de la ingeniería ¿qué es lo más alto? La competición. ¿Y dentro de la competición? La fórmula uno. A todo esto, ayudó que Fernando Alonso empezó a despuntar y la fórmula 1 empezó a tener más visibilidad, lo cual me ayudo a conocer mejor este mundo. Tenía claro lo que quería, y supongo que la ambición y la determinación me hizo que no desistiera (¡que nadie se piense que el camino es de rosas! Hay sudor, sangre y sacrificios, pero totalmente recompensados).

¿Cuáles son tus estudios?

Estudie ingeniería Industrial en la UPV, me especialicé en mecánica y luego me fui a Inglaterra a especializarme en la ingeniería de competición (por aquel entonces en España no se podía encontrar nada que diera garantías). Aparte de eso durante mi tiempo en España hice algún curso de conducción, y de ingeniería enfocada la fórmula 1.

¿Cómo es la trayectoria hasta llegar a la Formula 1?

Creo que hoy en día la formación es clave, por dos motivos: el primero es que los equipos cada vez están más especializados; y el segundo que la competencia es brutal, cuanto más formado estés más posibilidades de que destaque tu currículo. El siguiente aspecto fundamental es experiencia, en este caso en el mundo de la competición y de la mecánica. En mi caso, aparte de lo que aprendí en el taller familiar, participé en el equipo de MotoStudent (la moto GP de las universidades) de la UPV y más adelante en el equipo de FormulaStudent (la fórmula 1 de universidades) en la universidad en Inglaterra.

Este no es el único camino, por supuesto, la especialización en competición se puede conseguir a través de experiencia en categorías previas a la F1 como la F2 o la F3.

A nivel personal este mundo requiere esfuerzo y dedicación. Sacrificar tiempo con los amigos y la familia entra en el menú. Uno debe tener claro lo que está dispuesto a hacer para llegar aquí. Eso sí, en mis 8 vueltas al sol en F1 no ha habido ni un día que me haya levantado sin ganas de ir a trabajar, y eso no está pagado, ¡el cielo se puede alcanzar!

¿Cómo es entrar en la Formula 1?

Te cambia la vida por completo.

Aún recuerdo el día que me llamaron para decirme que me habían cogido para el trabajo, me acuerdo saltar en la cama de alegría y decir varios (bastantes) ‘Vamos’, ‘Si’, y ‘Toma’ (esa típica retahíla verbal ibérica) en voz alta, lo cual seguro no fue apreciada por mis vecinos.

Luego entras y te das cuenta de que todo lo que has estudiado es el nivel 0 allí, la gente que te rodea es extremadamente inteligente, trabajadora, metódica, organizada… Lo cual es bastante enriquecedor, todo es un continuo aprendizaje, un desafío donde uno siempre tiene que estar mejorando, y eso hace mi trabajo más bonito si cabe.

A mí me toca trabajar los fines de semana, así que mis compromisos sociales están prácticamente cancelados, aunque como se dice, sarna con gusto no pica.

Hablar con los pilotos es quizás de las sensaciones más raras. Gente que no te conoce de nada pero que tú estás cansado de ver en la pantalla.

Obviamente, las carreras las vives de otra forma. Es bastante emocionante ver el coche en la televisión y saber que tú has contribuido con tu granito de arena. Lo que fastidia cuando el coche no acaba la carrera, no lo sabe nadie. Pero hacer un podio o ganar una carrera ¡es un subidón de adrenalina incomparable!

Pero sin duda, viajar al circuito y hacer de ingeniero de los pilotos es lo más gratificante de todo.

¿Ahora mismo cuál es tu trabajo en la Formula 1?

Soy ingeniero de rendimiento. El ingeniero de rendimiento es responsable de garantizar que el coche funcione a su máximo rendimiento, responsable de garantizar que el coche sea competitivo y que los pilotos puedan ganar carreras. Esto implica trabajar con los pilotos, los mecánicos y otros ingenieros para identificar y resolver problemas que puedan afectar al rendimiento del coche. También es responsable de recopilar datos y analizarlos para identificar áreas de mejora. Estos datos se pueden utilizar para desarrollar nuevas estrategias de carrera o para hacer ajustes al coche.

En este caso, yo pertenezco al departamento de ingeniería de carreras. Yo les doy apoyo desde la fábrica en la sala de control de carreras, dónde tenemos ingenieros de varios departamentos y conexión directa con el circuito y los ingenieros desplazados.

Cuando no hay carrera, suelo viajar a los circuitos para test o sesiones de entrenamiento de pilotos.

El ingeniero de rendimiento es una figura clave en el equipo de Fórmula 1, así que la responsabilidad es grande y el esfuerzo también.

¿Y a qué futuro aspiras?

Me gustaría un chalé en la playa, con piscina, y un buen Audi en el garaje. Pero como lo que me apasiona es la fórmula uno ¡nos conformaremos con algo más modesto! Quiero ser ingeniero de pista y vivir las carreras desde el circuito.

Este es tu octavo año en la Formula 1, ¿ha cambiado desde que empezaste hasta ahora?

Sin duda la sensorización, y la capacidad de análisis. Cada vez tenemos más herramientas y más potentes que nos permiten hacer mejores análisis y entender mejor el comportamiento del coche. Parte de este avance es interna de cada equipo, y parte es debido al avance de la tecnología y la capacidad de procesamiento. Y aquí es donde entra la famosa falacia de que hoy en día el coche es lo más importante.

Es cierto que con un coche más rápido es más fácil ganar carreras, pero esto está ligado a que hoy en día, gracias a toda esta información extra que obtenemos, podemos aconsejar y dirigir mejor a los pilotos, hasta le punto de cambiar en cierto modo su pilotaje. Por ejemplo, los equipos saben cómo cuidar mejor los neumáticos, como preparar las vueltas rápidas, como hacer que degraden menos, y en este aspecto, la sensación, la experiencia, el talento de los pilotos se diluye.

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Has trabajado con Sainz, Alonso y muchos más pilotos, ¿Qué destacarías de cada uno de ellos?

Cuando entré en la F1 mi rol era más cercano al de chico de los cafés, que a la ingeniería de pista y mi acceso a ellos fue más limitado, pero tuve el placer de compartir equipo con Palmer, Magnusen, Grosgean y Maldonado.  Con los que tuve contacto de tu a tu podría decir:

• Carlos Sainz Jr.: Es un piloto muy trabajador, concentrado e introvertido. También es rápido y tiene mucho potencial.
• Esteban Ocon: Es un piloto muy consistente, inteligente y con buena memoria. También es muy duro, agresivo en el pilotaje a veces y no tiene pelos en la lengua.
• Pierre Gasly: Es un piloto muy trabajador, sensible y con mucha energía.
• Nico Hulkenberg: Es un piloto muy bromista, extrovertido y con mucho carisma.
• Daniel Ricciardo: Es un piloto muy alegre, divertido, también muy carismático y con mucho talento.
• Fernando Alonso: es sin duda un piloto rápido, con talento, luchador, además se expresa de forma clara, concisa, directa (importante para los ingenieros). Es muy trabajador, creativo, inteligente y con mucha memoria. Desde luego ¡no es campeón por casualidad!

Lo que sí que saben todos en la oficina es que, si no hay carrera, del 8 al 13 de septiembre cuelgo el cartel de cerrado por vacaciones, así que aprovechando que están a la vuelta de la esquina, le deseo al lector unas felices fiestas de Moros y Cristianos