Pascual Andrés Tévar nos envía esta poesía

Seres cubren esta sala
pero de tal forma habitan,
que estando yo en la amada
ellos en tanto meditan.

Cubren espacios vacíos,
la quietud ya me semejan
mas cuando los miro
conviértanse en seres vivos.

Madera , cristal y loza,
barro , porcelana y vidrio
capricho, que se dibuja
en la musa que me inspiro.

Toco, y quiero tomarlos,
Seguro de su silencio,
Comienzan a deslizarse los ojos
y el papel voy cubriendo.

Algo he logrado aunque poco,
al intentar decir algo,
mas como ese algo es mío
el algo me lo he guardado.

Con el se callan las cosas,
el cuarto guarda la paz,
mi serenidad se asombra
y me pregunto ¿qué buscas?

Por la ventana del cuarto
la vida vuelve a reír ,
lozano sonríe el abeto
monotonía vuelve a invadir.

A tan modesta señora
de duquesa hay que tratar
para que conforme vino, se vaya.

Romper con la monotonía
significa sentir la vida ,
hoy, ahora, inmediatamente,
es nuestra sola captura
con lo único que queda, la busca.

Esta poesía escrita en diciembre de 1970, se debate en la soledad de un cuarto, es decir de una habitación, lo complejo que es encontrar inspiración para poder escribir, de verdad, lo que te dicen los pensamientos y las reflexiones. Y ahora con el paso de tanto tiempo, trato de desentrañar las vivencias veinteañeras que las inspiraban.

Al menos, las reflexiones en la soledad, sirven para valorar que cualquier cosa, por sencilla que sea, sirven para sacar sentimientos que nos ayudan a salvar monotonías, y a recapacitar que siempre existen argumentos, para ver y percibir por todos los sentidos,de otra forma las cosas de la vida, para salvar las dudas perturbadoras de la normalidad, para salvar las angustias existenciales, y armarnos de moral. En definitiva, para continuar desafiando el futuro, bajo la
increíble luz mediterránea.