Toda una vida dedicada a la educación y no pudo despedirse como su trayectoria merecía debido a la pandemia. Sigue recibiendo el cariño de los que fueron sus compañeros y alumnos, que no la olvidan, y es una firme creyente en que “la Educación es la mayor herramienta para cambiar la sociedad, para hacerla más justa, más sabia, solidaria y humana”.

PREGUNTA: ¿Qué supone este galardón para usted?

RESPUESTA: Este galardón es una gran sorpresa y por supuesto una gran satisfacción por el reconocimiento a una vida dedicada a la educación en la que, como ya he dicho, creo profundamente.

P: ¿Cómo ha sido su trayectoria en el sector educativo siendo una mujer? ¿Se ha encontrado algún tipo de impedimento?

R: El sector educativo es un sector en el que predominan las mujeres. A pesar de esto, cuando yo empecé, la mayor parte de puestos directivos los ocupaban hombres. Esto ha ido cambiando a lo largo de los años de manera considerable. En mi caso personal no me he sentido discriminada por ser mujer aunque tengo que señalar que ocupar un cargo directivo, como ha sido mi caso durante muchos años, ha supuesto un  esfuerzo mucho mayor por el hecho de ser mujer para conciliar la vida laboral y familiar porque han recaído en la mujer, mayoritariamente, las labores de cuidado   y  educación de los hijos. Esto ha supuesto algo generalizado en las mujeres que , afortunadamente, está cambiando poco a poco.

“Ocupar un cargo directivo ha supuesto un esfuerzo mucho mayor por el hecho de ser mujer para conciliar la vida laboral y familiar”

P: ¿Ha evolucionado la situación de la mujer en el ámbito educativo?

R: En cuanto a las profesionales de la educación, como ya he señalado, la participación de la mujer en puestos de responsabilidad directiva ha ido aumentando considerablemente con el paso de los años. En cuanto al alumnado, se observan todavía comportamientos machistas, a pesar de todo el trabajo que se realiza en este sentido desde el ámbito educativo. La influencia del mal uso de las nuevas tecnologías y redes sociales podría ser una de las causas. La sociedad en su conjunto tiene que seguir trabajando para revertir esta situación. Las alumnas hoy en día son las que presentan menor fracaso escolar, menor abandono, menor conflictividad escolar y mayor esfuerzo y mejores resultados. También es un hecho que las mujeres llegan en mayor número a los estudios universitarios y afortunadamente se va nivelando poco a poco la famosa brecha en las carreras tecnológicas.

P: ¿Cuáles son las expectativas de futuro de la mujer en la educación?

R: Las expectativas son positivas. Las mujeres son excelentes profesionales. Necesitamos hombres que estén por la igualdad; no deben olvidar que son parte en esta lucha por mejorar la sociedad. Sería necesario que el debate educativo se considerara un eje central en la acción política y un tema fundamental en la sociedad. Un debate que tuviera en cuenta la opinión de docentes y expertos. La educación debe ser un valor central que requiere el máximo respaldo de todos los sectores. Queda mucho por hacer en cuanto a los comportamientos en el alumnado. Hay que seguir trabajando en educación emocional, en implicación de las familias y de toda la sociedad en su conjunto, y en cambiar algunos modelos inaceptables que se siguen observando. La educación es el arma más poderosa para cambiar la sociedad. Tiene que ser de calidad, emocional, inclusiva y no ahogada por la burocracia y que cuente con el respaldo auténtico de la Administración y de toda la sociedad.