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El Campello LOCAL

LAS CENIZAS DE UN PUEBLO

Por Remedios Delosángeles Climent

En apenas dos meses los vecinos campelleros nos hemos visto demasiado a menudo en la Plaza de la Iglesia… demasiado. Aunque lo propio es vernos a diario sonreírnos y hablarnos. Sin embargo, hay citas que nos entristecen y, los últimos encuentros de primero de año nos han encogido el corazón por la pérdida de seres muy próximos, sumados a la tristeza por los que dejaron el año y volaron al más allá. Hombres y mujeres que hicieron pueblo y, aunque dejaron los frutos de su semilla en nuevas generaciones, ellos… los de edad de testimoniar ya no están.

Es muy tiste para mí hablar de “las cenizas de un pueblo”, del mío y de todos, penoso diría yo. Lo es, porque cuando las piedras que se erigieron como sello de identidad se caen por la desidia, abandono y holgazanería ¡si!, ¿que calificativo nos podríamos designar a nosotros mismos como veladores de nuestro patrimonio?  

Veladores ya no quedan, si acaso los que caben en los dedos de una mano y, la mitad de ellos “vetados”.  La prohibición tiene muchos tentáculos y según los que mandan, eligen sus formas de apartar, relegar e impedir, en consecuencia, que buenas obras se lleven a cabo. Ni siquiera traen para casa las subvenciones que salen a convocatoria por falta de gestión o no llegar a tiempo, según justifican a veces. Holgazanería nos relata la RAE.  

Lo dicho líneas arriba me lleva a reivindicar que la sabia del pueblo se nos va, se nos ha ido ante la mirada de muchos y la dejadez de todos. Me explico: Es inconcebible que un pueblo levantado como tal por los hombres de la mar (algunos terratenientes y arrendatarios) no enarbole bandera en honor a todos ellos. Es incomprensible que nuestros aparejos, artes de pesca y aperos de labranza no luzcan en su propia casa mostrando historia dentro de cuatro paredes llamémosle Museo, (recordar que en el Museo de la villajoisa, una familia campellera donó todo lo que guardaban en su almacén de pesca, porque aquí no se le daba mérito. No olvidemos que en el Museo de Velez Rubio (Almería) existe una sala temática de fósiles y demás históricas reliquias donación, según me informaron, de una familia campellera ¡qué triste!).

Yo quiero, una vez más, homenajear la labor silenciosa de algunos hombres qué, desde el minuto cero en el que constituimos la Asociaciò Museu Historia El Campello fueron el puntal de mi lucha por un proyecto interesante e ilusionante.  Cinco de ellos ya fallecieron sin disfrutar su altruista trabajo. Entre ellos D. Nicasio Brotons, Pilar Altamira, Gabriel Soler, Vicente Esteve, Alfonso Lario. Anteayer se nos fue el primer puntal, el primero que vino a buscarme al casino donde me reunía para cedernos un remo enorme de su barca de vela latina; un maestro redero de mucha solera en el pueblo…” Pepe Casavella”. Su remo está en el foso, sótano o pseudo parquin Gallo Rojo. Tal vez convertido en serrín por el abandono al que fuimos obligados. El remo (algo humilde dirán algunos) es una pieza de Museo del Mar. Lo mismo que las artes de pesca que guardan con cariño, cariño y a la vez, según me confesaban, pena. Vicente “el Xirlot” y Pepe“ «Damia”. Lobos de mar que son historia, aun viva, del Poble del Campello. Otros patrones de altura, de mar gran, guardan documentación. ¿Qué guarda el Municipio?

Por no guardar ni siquiera custodia un gran tapiz de Rafael Altamira porqué según el entonces alcalde y su concejal de cultura… “no tenemos pared para colgarlo”. Imagino que habrá una lapida para enterrarlo.

Las manifestaciones publicas no serian necesarias si, al igual que la madre cría y educa a los hijos… Se desvive por ellos hasta que vuelan e incluso después, los políticos gobernantes cumplieran sus promesas y dieran cuenta de los sueldos que ellos mismo se imponen. Al menos guardar en el un cajón de su casa el ego, su altivez, el engreimiento y falta de respeto al ciudadano. Aunque muchos son los comentarios de: “com els campellers son axina que callen… pues es lo que hay!”.

Quiero terminar esta reflexión que, al alba de este miércoles 17, mitad de mes, y con tantos entierros de vecinos y familiares queridos de nuestro pueblo, incluso hoy mismo.

No es fácil gobernar una barca, un hogar ni tampoco un Ayuntamiento. Hasta aquí todo es entendible… todo. Teniendo en cuenta que en la mar no manda barca ni patrón si las corrientes y vientos arrecian… gana la mar. Y Campello, desgraciadamente, tiene experiencia.  Un hogar es un mundo dentro del gran mundo, donde la esposa y madre tiene que ejercer de esposa, madre, enfermera, maestra y un larguísimo etc. de maestrías que no dan en ninguna Universidad…. Y no tiene sueldo. La casa del pueblo tiene contratados a un sinfín de funcionarios y demasiados políticos con super sueldos. Sin embargo, el nuestro esta calcinado … hecho cenizas y la generación de nuestros mayores se están muriendo.

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