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COMERCIO DE SAN VICENTE

San Vicente del Raspeig

TODAS LAS MUJERES SON VALIENTES Y PACIFICAS

Texto de Pascual Andrés Tévar

Para hablar de las MUJERES, es decir de la MUJER, hay que entender que lo hago desde el
respeto y la tolerancia, y en libertad valiente, responsable y pacífica, y al mismo tiempo
haciendo una reflexión serena, a mi manera, después de una largo periplo desde septiembre
de 1950, con todos los pasos desde la niñez, la juventud, la madurez, la veteranía, y el inicio de
la jubilación intencionalmente alargada.
La mujer es valiente y pacífica, cuando elige unirse a un hombre, para formar una familia, y
desde mi experiencia, lo hace, más convencida que el hombre, con más valentía que el
hombre, y siendo muy conscientes del reto que asume. De tal forma, que cuando vienen los
problemas, está más atenta, más preparada, y tiene más capacidad de sufrimiento, y de
superación, que el hombre. Y es el hombre el que tiene que echarle coraje para estar a su
altura, porque ellas aunque les deje secuelas de por vida, las soportan, las asimilan, y se hacen
más fuertes .
La mujer es valiente y pacífica, porque cuando es madre, tiene que estar siempre en guardia,
para prevenir, y no se fía ni de su sombra, es capaz de atacar, con coraje, y furia, y luchar con
su vida, si alguien se atreve a poner en peligro a su hijo/a, y, a su familia.
La mujer es valiente y pacífica, cuando cuida a su hijo /a en la niñez, y defiende cada paso en
su desarrollo, y se reinventa y se hace fuerte, para soportar todos los desafíos, todos los
sufrimientos, y todos los retos que se le presentan. Y hasta el punto de sacar fuerzas cuando
parece todo perdido para siempre, y no le podemos encontrar explicación, pero ella siempre la
encuentra.
La mujer es valiente y pacífica, cuando el hijo/a alcanza la juventud, y vienen todos los
desafíos, todas las dudas, todas las dificultades, pero no se rinde, por duro que sea el reto. Y
cuando no hay explicación, ni consuelo, es capaz, cueste lo que le cueste, de sacar una fuerza
imposible para seguir adelante, y no soy capaz de encontrarle explicación razonable, pero hace
que la vida tenga, siempre, sentido y argumentos y fe para seguir luchando. Y en conseguir
definir lo que quiere ser, y aportan en la vida, con libertad, con responsabilidad, y con una
misión definida y clara, para ganarse el futuro, con todos los retos que la torpedean. Pero
saber luchar, y tener fe y paciencia para ganar su futuro, mejor dicho, el futuro de todos de sus
hijos/as siempre aantes que el suyo.
La mujer es valiente y pacífica, cuando llegan los debates, ante los problemas de la
convivencia, y mientras nosotros los hombres, estamos limitados en una idea, que nos
bloquea, y nos deja, muchas veces, sin reflejos, ni razonamientos sensatos, ella, es capaz de
pensar en varias alternativas, para encontrar una solución, de tal forma, que, casi siempre,
llega a una solución convincente. Y en todo caso, resiste, y sigue, luchando. Y nos enciende el
pensamiento positivo, y constructivo, para trabajar juntos en descubrir, como conquistar los
futuros juntos.
La mujer es valiente y pacífica, que por sus inquietudes, y con una mente abierta en varios
frentes al mismo tiempo, es capaz de confundirnos, porque no somos capaces de seguir sus
ideas, e inquietudes. Y en estos casos, que a veces, nos cuenta mucho entender, tenemos
que ser capaz de pararnos, y reflexionar en lo que nos quiere transmitir en cada momento.
Porque si no nos concentramos, estaremos perdidos, y nerviosos. Y ese caso, es mejor, parar
de hablar, y con humildad decirle, que te has perdido en el debate. Y volver a empezar. Porque no se trata de vencer, de llevar la razón, porque la verdadera razón es que triunfe la
convivencia, razonable, y sensata y con sentido común..
La mujer es valiente y pacífica, porque sabe que si nos hace esforzarnos de verdad para
comprenderlas, con valentía, siempre habrá motivos para luchar y sacrificarse, por la libre,
sana, y pacífica convivencia. Que llevan al amor y a la pasión, y siempre, a la buena y libre
amistad. Y en el caso, de los hijos o de las hijas, a tener en el padre a un colega convencido, y a
un amigo, que lo da todo, hasta la vida. Y que siempre va a reflexionar pacíficamente, para
tomar las decisiones, y conquistar el futuro de cada amanecer.
Así que, el afirmar que la mujer es valiente y pacífica, es porque estoy convencido, porque es
incuestionable, que las aceptemos como son, ya que en cierta forma, son más inteligentes en
la filosofía de vivir, más capaces de concentrarse en varias cosas al mismo tiempo, más
pacientes, más reflexivas, más tolerantes, y, más sufridoras. En definitiva, ven y perciben la
vida de otra forma. Y por otra parte, y sin decir nada a nadie, soportan el sufrimiento, como si
no existiera, hasta tal punto, que sin pretenderlo, nos dan lecciones todos los días, para ser
mejores con nosotros mismos y con los demás. Y como al final los hombres, sabemos razonar,
y ser sensatos, y esforzarnos arrastrando los sufrimientos y los retos, sin rechistar, tragando el
orgullo hasta límites desafiados, encontramos las mejores soluciones, juntos.
En consecuencia, el debate de la violencia, que origina la muerte y el dolor, y sufrimiento
infinito, no tiene más salida, por compleja que sea, que concienciarnos hombres y mujeres,
que prevenir con la educación es vital, pero más importante es, el ejemplo en cada hogar, o en
cada forma de convivencia. Y lo que es más importante, se humildes, y sensatos, para que
cuando la sana convivencia no sea posible, dejarse aconsejar, a tiempo, y ser capaces de
aceptar libre y pacíficamente, que cada cual, continué con su camino, con la libertad y el
respeto por bandera. Soy consciente, que queda mucho por hacer, pero si trabajamos con fe y
solidaridad, desde todos los ámbitos de la sociedad, ahogaremos el recurso de la violencia,
hasta el punto, que no tenga cabida ni existencia. Pero mientras tanto, no rehúyas en aportar,
sin miedo, tú grano de arena, cada amanecer.
En definitiva, cuando digo que la mujer es valiente y pacífica, le estoy reconociendo que lo
demuestra con hechos, y no con palabras, lo cual, es sinónimo de luchar y sufrir por tu familia,
y por los demás. Y que siempre va a luchar por la convivencia pacífica, lejos de toda violencia,
sin sentido ni razón. Porque al final, sabemos que al caminar juntos, sabemos encontrar
formas de dialogar, sabemos discutir, y sabemos buscar sin descanso, libre y pacíficamente, y
con imaginación, soluciones creativas, y con fe en futuro impulsado por nuestra increíble luz
mediterránea

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