“La realidad es tozuda” es una conocida expresión que solemos utilizar en todos los ámbitos de la vida para indicar bien alto que, por mucho que se quiera manipular las cosas, la realidad siempre se impone, aunque en política existe el hábito de tergiversar, manipular o decir verdades a medias… demasiado habitual.

Dicen quienes saben de esto que la importancia de la investigación radica en dar respuesta científica (con plena credibilidad con un trabajo bien hecho detrás) a asuntos que interesan a las personas, siempre aplicando métodos y técnicas que nos confirmen el rigor que exigimos todos.

Dicho esto, resulta que en esta provincia tenemos un organismo, el Instituto de Ecología Litoral (IEL), cuyo trabajo, por ejemplo, fue reconocido el pasado mayo con placa de honor 2024 de la Asociación Española de Científicos.

De esa Fundación forman parte universidades, ministerios, consellerias y ayuntamientos de todo tipo y color. Es decir: que se trata de toda una institución científica, seria y responsable avalada por todas las administraciones y el mundo académico, nada sospechosa de maniobrar en favor de intereses de ningún tipo.

Y ustedes dirán: ¿y a qué viene esto?… Pues me explico.

El IEL, con una plantilla integrada por investigadores y científicos de mucho prestigio (biólogos y expertos en Ciencias del Mar), es el encargado de recoger periódicamente muestras de agua de las playas de El Campello, analizarlas, determinar su grado de salubridad, comprobar si contienen bacterias u otros elementos que desaconsejen el baño, y emitir informes que firma y rubrica en todos los casos la dirección científica.

            En nuestro caso, además de las analíticas periódicas, le pedimos que las realice cada vez que se produce un episodio de vertido de aguas sucias por rotura de las instalaciones de bombeo. Aunque sepamos que el vertido no ha llegado al mar porque hemos actuado con rapidez y lo hemos impedido, pedimos esos informes para tranquilidad de todos. Y la Playa del Amerador, concluyen el IEL, mantiene niveles “óptimos” para el baño. Es decir, que no está contaminada ni nada que se le parezca.

            Y voy al grano, porque lo que vivimos hace unos días en El Campello supera todo lo previsible en el terreno político.

Resulta que Ecologistas en Acción, una confederación que asegura estar integrada por más de 300 grupos ecologistas españoles (que no relaciona en su página web oficial), emitió su informe anual el pasado junio y decidió “otorgar” 48 “banderas negras” a otras tantas zonas de baño del litoral español. Asegura que lo hace después de “inspeccionar” 8.000 kilómetros del litoral español. Así, sin informes de aguas ni analíticas que corroboren científicamente sus “distinciones”.

Una de esa banderas la “tocó” a la playa del Amerador de El Campello. Señalan en su informe que “en lo que llevamos de año ha habido dos vertidos fecales en la playa desde la estación de bombeo”.

Miente Ecologistas en Acción, porque los vertidos no han llegado en esas ocasiones al mar. Pero eso le debe dar igual. Lo que persigue cada año son titulares de portada y espacios radiofónicos y televisivos, que consigue. Insisto: sin aportar informes científicos ni analíticas concretas. Y digo yo que será porque no existen.

Siendo grave esto, a mi entender lo es más (y ya enlazo con el principio de este artículo) que representantes políticos del pueblo (en concreto los partidos Esquerra Unida y Unides Podem) convocaran para ayer un acto consistente en el izado de la susodicha bandera negra en la Playa del Amerador. Un acto del que subyace un mensaje que llega a los posibles visitantes: no vengan ustedes a El Campello, que está contaminado. Lo hicieron, además, previo e insistente llamamiento a la población a participar masivamente en el acto. Se sumaron 35 personas.

Tamaña insensatez (desfachatez mejor dicho), solo es posible que parta de quienes ni quieren al pueblo que los acoge ni le importan las consecuencias que sus denuncias infundadas puedan acarrear. Es su triste aportación a la imagen del pueblo.

Pero ayer izaron esa bandera, y lo hicieron (claro) posando para fotografías con las que ganar enteros ante no sé muy bien quién o quiénes, pero transmitiendo el mensaje que la gente no debe venir a El Campello, que vive de, por y para el turismo.

He leído en algunas redes sociales (no mucho, ciertamente), opiniones sensatas recriminando esta actitud por lo que pueda perjudicar a nuestra actividad, a nuestra economía y a nuestra sociedad.

Me gustaría saber qué piensan de ello hoteleros, hosteleros, comerciantes y tantas y tantas familias que viven de nuestros visitantes, a lo que intentan espantar enarbolando la bandera de la mentira y el desprestigio.

La verdad se impone. Sólo las mentiras precisan de tal puesta en escena.

La imagen que acompaña este artículo resume mi opinión: la foto de la vergüenza. De su poca vergüenza.

P.D.: Estaría encantado de desdecirme de todo lo escrito aquí si Ecologistas en Acción nos hace llegar sus análisis científicos sobre las aguas de la playa del Amerador, que contrastaremos con los que emite regularmente a lo largo del año el Instituto de Ecología Litoral. No todo vale en política.

Juan José Berenguer Alcobendas

Alcalde de El Campello