Una mujer que convive con un maltratador durante el confinamiento puede tener muy difícil pedir ayuda por teléfono, con el agresor tan cerca. Por eso se intenta darle soluciones, como disponer de un lugar al que pueda acudir sin levantar las sospechas del maltratador. Se trata de algo tan sencillo como de ir a la farmacia y pedir una «Mascarilla 19«. El personal de la farmacia sabe lo que tiene que hacer.