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Sobre el cementerio de mascotas en El Campello

Opinión

Eduardo Seva

Se ha presentado a Pleno del Ayuntamiento de El Campello para debatir en este mes de enero 2021 una moción compartida entre el grupo Ciudadanos y REDcv, consistente en una propuesta de establecimiento de un jardín-cementerio de mascotas de propiedad municipal. Analizado desde lejos, podría parecer a primera vista algo frívolo en el contexto actual en el que nos hallamos inmersos, pero que, analizada en profundidad, merece una segunda mirada.

Esa segunda mirada podría ser la concomitancia entre el perfil turístico que pretende finalmente ser el horizonte de la principal economía de El Campello y el nombre del mismo municipio  que puede ser incluido en el nomenclátor de una de las actividades ligadas al turismo, precisamente.

Son cifras que nos pueden parecer exageradas las del número de mascotas que la población civil contabiliza en la comarca, en la provincia o en la región y, sin embargo, los establecimientos dedicados al enterramiento y/o cremación de los animales que acaban sus días son realmente escasos. Situar el nombre de El Campello entre los pocos municipios en la costa levantina que establecen este tipo de servicios sin contravenir las ordenanzas de limpieza pública y de recogida de residuos, enterramiento o abandono de animales muertos, debe ser un adelanto, un paso hacia adelante en el panorama comarcal o provincial.

No creo que se haya de ver en esta iniciativa solamente una parcela con unos cuantos nichos y unas escasas tumbas abandonadas con el tiempo, sino que supondrá un atractivo de usuarios y visitantes con la cultura relativa a la tanatología mucho más acentuada de la que acostumbramos a ver. Este tipo de instalaciones y de actividades llevan asociados complementos ocupacionales que desembocan en empleos locales sin duda alguna relacionados con el ornamento de todo tipo y el mantenimiento de los habitáculos.

Sin obviar, evidentemente, la imprimación sentimental que la desaparición de las mascotas supone en la vivencia cotidiana de las familias que las pierden y el deseo lógico de tener localizada la posición del enterramiento o de la cremación. Cualquiera que haya tenido alguna vez una compañía de este tipo sabe de la importancia de lo que aquí se está comunicando. Es deseo de estas dos agrupaciones que el resto de partidos políticos se sumen a esta iniciativa y que El Campello figure en las listas de municipios que han adoptado este carácter tan racional para con nuestros animales de compañía.

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