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La enmienda de la discordia

San Vicente ha sido testigo de uno de los momentos más rocambolescos vividos en una sesión plenaria en los últimos años, después de que siete concejales socialistas se hayan abstenido, evitando que la propuesta del Alcalde, Jesús Villar (también socialista), saliera adelante y permitiera aprobar la modificación del plan general.

Ya nadie se esfuerza en disimular la crisis socialista, que ha vuelto a quedar evidenciada en la sesión plenaria correspondiente al mes de marzo que ha tenido lugar este miércoles día 31. Un paso más en esta guerra interna en la que el Alcalde gobierna con ocho concejales en contra, hoy siete una vez que José Manuel Ferrándiz se encuentra de baja y no ha asistido al pleno. El bando que apoya a José Luis Lorenzo es mayoría y hoy ha diseccionado el voto socialista en 8 abstenciones frente a los dos votos favorables del Alcalde y la concejala Asun Paris. El Alcalde finalizó el debate del punto pidiendo perdón a los vecinos, ya que según el primer edil “ellos han sido los perjudicados por toda esta situación”.

Antecedentes

En la pasada junta de gobierno, se aprobó por unanimidad la Modificación del Plan General, a pesar que los rumores apuntaban a que el voto del PSOE podría ser negativo, siendo José Luis Lorenzo el encargado de asistir a estas reuniones previas a pleno y valiendo su voto por todo el grupo socialista. Finalmente, el ex portavoz apoyó la propuesta en primera instancia, pero se guardó un as en la manga en forma de enmienda.

Esta citada enmienda solicitaba “reducir la distancia de 400 metros propuesta desde un establecimiento hotelero a las plazas de parking”, que el PSOE considera “excesiva teniendo en cuenta la capacidad de crecimiento que aún tiene San Vicente del Raspeig. Con una distancia menor, en este caso 150 metros, tendríamos un elemento diferenciador más con respecto a Alicante que podría hacer de efecto llamada”, argumentaban los socialistas a través de su actual portavoz, Jesús Arenas.

Ante esta situación, el alcalde se vio obligado a encargar un informe exprés a los técnicos de urbanismo, donde se consideró “adecuado establecer 400m como distancia máxima a la que un establecimiento de uso hotelero/alojamiento temporal puede justificar su dotación de plazas de aparcamiento, en caso de que ésta supere las 5 plazas, basándose en un informe de más de 100 páginas sobre el ‘Sistema de indicadores y condicionantes para ciudades grandes y medianas’ elaborado por la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, el cual se adjuntaba en la respuesta técnica elaborada por urbanismo.

La sensación general era que el fondo del asunto era lo menos importante, ya que la cuestión principal es el juego político entre dos bandos bien diferenciados, que han ofrecido un episodio más en esta guerra sin cuartel que parece no tener fin. El alcalde ha podido tumbar la enmienda por los pelos, gracias a su voto de calidad (y a la ausencia de Ferrándiz), pero no ha podido salvar que posteriormente sus propios compañeros de grupo provocaran que el punto no saliese adelante. Las abstenciones de los siete concejales socialistas enfrentados a Villar se han unido a las de Ciudadanos y PP, evitando así que la propuesta del alcalde alcanzase la necesaria mayoría absoluta.

Por tanto, la Modificación del Plan general se queda sobre la mesa a pesar de contar con el visto bueno de Podemos, Compromís, Vox, EU y los dos votos socialistas favorables al alcalde (el suyo propio y el de Asun París). Una auténtica declaración de intenciones que deja la sensación de que Villar gobierna en minoría a pesar de contar con el apoyo de su socio de gobierno.

Reacciones

La oposición ha mostrado su malestar ante esta escenificación, criticando en su mayoría que los problemas internos de un partido afecten a la gestión municipal. “Lo que ustedes están haciendo no es serio, ni coherente, ni responsable”, comenzaba David Navarro (Podemos). Posteriormente era el turno de Adrián García (Vox), que manifestó estar harto de “pataletas, juegos de tronos y faltas de respeto a este pleno, a los técnicos y a los vecinos”.

El portavoz popular, Óscar Lillo, hizo un repaso de los últimos acontecimientos y recordó que “esto sigue siendo un tripartito: los amigos de uno, los amigos de otro y EU”. Lillo criticó al PSOE por “hacerse la oposición a sus propias propuestas, haciéndonos al resto partícipes de sus conflictos”, calificando la situación de “disparate político y bochorno diario en perjuicio de los vecinos, la ciudad y los servicios”.

Por último, Pachi Pascual (CS), fue contundente en su intervención: “el grupo político del alcalde, en contra del alcalde. Una parte del equipo de Gobierno enmendando al equipo de Gobierno. De verdad que no sé cómo no se les cae la cara de vergüenza del espectáculo que están dando unos y otros. Es lamentable que traigan a pleno un punto que no cuenta con el respaldo ni siquiera de ustedes mismos”.

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