Pascual Andrés Tévar nos envía un nuevo artículo propio

En esta primavera de pandemia del 2021, nos resistimos a que pase desapercibida, y de alguna manera, queremos y buscamos que nos impregne por fuera y por dentro, del aroma de sus perfumes y mensajes ocultos.

Así que, deseamos encontrar un respiro, ante tanto desasosiego, para pasear , y ver y saborear los almendros en flor, y auto convencernos, que sus luminosidades , nos ayudan, de alguna manera, a levantar el ánimo, porque creemos, a pie juntillas, , que una forma de ganar a la pandemia, es la fe, en que las luces de las flores, nos levanten la moral la autoestima , porque sobreviven a los tiempos , y nos recuerdan e inculcan que volverán a lucir en la primavera siguiente, es decir en ganar el futuro.

Es primavera, y observar los primeros rayos del sol del despertar, y aislarte absorto, aunque sea solo un momento, para ser capaz de percibir, que a pesar de todo, la vida tiene sentido. Y que las presiones que nos envuelven, y de todas las circunstancias diarias, impuestas por la pandemia, no te impiden ver y buscar en cada instante, un aliento de ilusión.

Es primavera, para salvar la monotonía, con una mirada limpia, aun con la mascarilla puesta, si eres capaz de buscar argumentos de la luz, que te lleva a mirar nuestro interior, y pensar convenidos , que somos capaces de motivarnos , en la lucha, y en la resistencia, dentro de la tormenta de la pandemia.

Es primavera, ser capaz de comunicarse, por cualquier posibilidad, usando la tecnología, y con la simple mirada, para tener argumentos de luchar contra la melancolía, y la depresión. Y saber estar y compartir, venciendo las distancias y los protocolos.

Es primavera, esperar con ilusión el SMS o la llamada para vacunarte, como una nueva oportunidad hacia el futuro, y convencidos y convencidas, que es un paso más, pero que siempre, tiene que ir acompañado de la fe, en la lucha y resistencia de cada día.

Es primavera, darle otro enfoque, al concepto de normalidad, tratando de buscar explicaciones, con mezclas extrañas de emociones. Es mejor, salir del encierro de la búsqueda de la normalidad, y aceptar, que tenemos que ser capaces de adaptarnos al día a día, aceptando la situación, y superándola al mismo tiempo, con el ánimo revestido de los argumentos que somos capaces de inventar, por cualquier motivo, por insignificante que sea, como una mirada, una conversación, una lectura, un paseo, una cerveza, un silencio.

Así que, inundados de esta PRIMAVERA de pandemia, y superando paso a paso las etapas, nos investimos de sus LUCES Y DE SUS FLORES, y sacamos, a pesar de todo, la moral a flote, bajo la increíble luz mediterránea.