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El Campello LOCAL

Ángel Sánchez «Perdiendo oportunidades»

Opinión

Dentro de unos días los y las socialistas celebraremos nuestro 40 Congreso (en Valencia). En el, además de elegir la dirección federal, se decidirán las líneas generales que guiaran la acción política del PSOE los próximos años. En El Campello, la dirección local ha “decidido” que, ni era interesante ni pertinente (pese a que así se establece en las normas estatutarias) que los y las militantes de la Agrupación local se reuniesen para debatir sobre el documento político, y mucho menos abrir el debate de las propuestas de nuestro partido a la ciudadanía. La negación de ese debate  impuesta por la actual dirección incide en la estrategia reduccionista de la democracia interna limitada únicamente a los procesos de votación en los que se elige entre los y las candidatos que se presentan para ejercer el poder orgánico. Nuestro alejamiento de la sociedad que queremos representar es un doloroso hecho que, desgraciadamente, los y las militantes hemos asumido como la realidad de nuestro partido, en un igual ejercicio de reduccionismo de la afiliación a meros “apoyadores u opositores”, vaciando (más si cabe) el hecho (no hace mucho tiempo, relevante) de militar en el centenario PSOE.

Desde que se produjo la elección de la actual dirección local, la actividad de la Agrupación Socialista ha sido “cero”. Los y las militantes no han (hemos) sido convocados para debatir sobre las propuestas que los representantes institucionales han presentado al Pleno Municipal o sobre cualquier otra cuestión que los y las afiliadas considerasen. La militancia de El Campello únicamente ha sido convocada en los últimos dos años, para dar su apoyo a uno de los sectores enfrentados en la Agrupación por el poder orgánico. La conclusión que personalmente extraigo es que, no de ahora, sino hace demasiados años ya, que la nonagenaria Agrupación Socialista de El Campello vive única y exclusivamente para, periódicamente, dilucidar quien manda en la agrupación y no qué políticas son las más adecuadas para construir un proyecto colectivo para intentar recuperar el apoyo de la ciudadanía campellera.

Evidentemente la responsabilidad máxima recae sobre la dirección local, aunque la afiliación debe asumir su parte en ese vaciado de contenido, sustancialmente político y democrático, que ha venido sufriendo la agrupación ( como decía) desde hace demasiados años. El Secretario general decía hace ahora aproximadamente un año:

“Hoy (refieriéndose al día de su elección) se ha producido en El Campello un ejercicio de democracia interna. Una vez habla la militancia no caben diferencias, no cabe el enfrentamiento, ahora más que nunca el socialismo campellero ha de asumir el papel de progreso, de avance, de justicia social, inherente a la ideología que profesamos. No me queda más que agradecer los apoyos recibidos de la militancia de base, agradecer el talante a aquellos que han decidido otra opción y me comprometo a dirigir el partido con la pretensión de sumar y aglutinar, todos somos necesarios en la construcción de una sociedad más justa» .

Este discurso no ha sido contestado por la militancia: ni por la que  lo apoyó ni por la que se opuso, exigiéndole el cumplimiento de esos principios y compromisos que expresó públicamente . Y en pocos meses, volveremos a vernos en la Agrupación, no para debatir; no para intercambiar pareceres u opiniones: nos volveremos a ver para votar una nueva dirección. Y mi pregunta ( que traslado al resto de compañeros y compañeras) es, ¿para qué?. ¿Para mantener el poder orgánico local, o para diseñar, de forma colectiva un proyecto que pueda ilusionar a esos vecinos y vecinas que han dejado de confiar en nosotros elección tras elección?. Creo que es una pregunta que cada uno y una de nosotros debería plantearse antes de decidir dar su apoyo a los candidatos y candidatas que se postularán en su momento para dirigir la deteriorada y, cada día más exigua (política y electoralmente) Agrupación Socialista de El Campello.

Con el “no debate”, con la no discusión de los documentos del Congreso, hemos vuelto a perder la oportunidad de, a través de una herramienta política como la Ponencia Marco, abrir un debate y un dialogo con la ciudadanía. Evidentemente todo el contenido es propicio a discusión, pues a través de su aprobación en el Congreso Federal se concretará ante la ciudadanía nuestro compromiso, como socialistas, para con nuestros y nuestras conciudadanos. Nuestra obligación, nuestra responsabilidad, como mínimo, debería haber sido exponer, difundir y discutir de forma abierta entre militantes y ciudadanía esos retos que recoge nuestra ponencia marco sobre política municipal. No lo hemos hecho y hemos vuelto a perder la oportunidad de abrirnos a esa sociedad local a la que nos empeñamos en dar la espalda pese a decir que la queremos representar.. Otra vez será. Pronto nos veremos frente a la urna(o no) para elegir quien ostentará el miserable poder orgánico que todavía nos queda, porque de liderazgo político y social, mejor ni hablamos.

Me gustaría que éstas palabras se entendieran como una reflexión personal, quizá también como parte de esa frustración que muchos y muchas sufrimos y que nos hacen replantearnos nuestra afiliación. Quizá ,esa resistencia a abandonar forme parte de esos rescoldos románticos que todavía quedan en muchos y muchas de nosotros, y  que nos incitan a seguir manteniendo la militancia en un partido que fue una parte importante en la construcción democrática del pueblo en el que vivimos y que ahora simplemente sobrevive, porque así lo quieren la mayoría de  los que siguen afiliados y afiliadas.

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