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Nueva marcha circular a Almedíjar del Grup Muntanyenc de Sant Joan

En esta ocasión fueron un poco más lejos de lo habitual, se desplazaron a la vecina provincia de Castellón. Concretamente al pueblo de Almedíjar ya que una de las integrantes del Grupo está viviendo por la zona y les preparó una marcha por allí.

Almedíjar es un municipio situado al sur de la provincia de Castellón, situado en la comarca del alto Palancia. Está enclavado en la Sierra de Espadán y cuenta con 244 habitantes.

Tuvieron que madrugar un poco más de lo habitual, pues el autobús partió de Sant Joan a las 6:00 H de la mañana, habiendo recogido un poco antes a los amigos de San Vicente.

Y tras 3 horas de viaje llegaron al destino. En la plaza del pueblo buscaron un bar para desayunar y poco después (poco más de las 9:00 h) emprendieron la ruta.

El día se presentaba fresquito. Con una temperatura que rondaba los 6º. Lo peor quizás no era el frío, sino el viento. Cuando se movía la temperatura descendía y no se podía estar quieto, pues se enfriaba todo el cuerpo enseguida.

Los primeros 4 km los hicieron por pista forestal junto a un pequeño arroyo y donde hay habilitado una zona de recreo.

Lo primero que les llamó la atención es que la vegetación era muy densa y el arbolado no era el típico pino de la zona, si no que los alcornoques predominaban por todas partes, y algunos de ellos centenarios.

Una especie que siempre la habían ubicado en la zona de Extremadura o por Portugal. Árbol del que se extrae el corcho, por lo que todos ellos estaban sin corteza hasta una altura de 2, 3 metros. A lo largo del recorrido habían carteles explicativos de la industria del corcho.

Tras estos 4 km. Tenían dos alternativas. O continuar por una carretera poco transitada o por el contrario ascender un pequeño repecho de 100 metros de desnivel en un kilómetro y tras crestear un poco volver a juntarnos en la carretera.

Salvo tres integrantes del Grupo los demás marcharon por la zona más empinada.

Se juntaron los dos grupos en una casa abandonada donde pararon a almorzar. Hicieron una pequeña parada, muy pequeña porque el frío y el viento les impedía quedarse quietos e iban con un poco de retraso.

Emprendieron de nuevo la marcha y enseguida se empino la senda. Ascendieron 300 metros en kilómetro y medio, una subida en zigzag, por el barranco de Falaguera.

El paisaje seguía siendo de alcornoques, con magníficos ejemplares en los que veían cómo se había extraído la corteza del árbol para el corcho. Estos árboles se regeneran en 12 o 14 años, o sea, que en ese periodo de tiempo vuelve a crecer la corteza y se puede volver a extraer el corcho.

Así, poco a poco fueron ascendiendo y reagrupándose de vez en cuando, porque la pendiente, aunque no era muy inclinada, sí que se hicieron largos cortes.

Una vez en lo alto descendieron un poco para volver a subir un pequeño repecho que les llevaría a subir hasta el cerro Gordo, máxima altura del día ( 920 m)

Una vez en este punto se podía divisar la costa de Castellón y por  la parte norte, a lo lejos algunos montes con nieve. Pensaron que debería ser la cumbre del Javalambre.

Habían andado 9 km y desde aquí hasta el final ya fue todo descenso.

Al kilómetro y medio de bajar de lo alto del cerro y haber andado por una pequeña pista, se desviaron a la izquierda para volver por el barranco de Almanzor, el cual llevaba un pequeño caudal de agua y en el que seguían predominando los alcornoques.

Toda esta última zona de umbría, por la que anduvieron, les dejó gratamente sorprendidos porque  el entorno parecía sacado de un cuento de hadas.

La senda mullida de las hojas caídas, el ruido del agua, la vegetación exuberante y densa, los alcornoques por doquier con sus troncos pelados y los colores del otoño hacían de todo ello una zona idílica que más parecía que estuvieran en lo más frondoso de un bosque de Galicia o de Europa Central.

Y así los dos kilómetros y medio siguientes  descendiendo poco a poco llegaron al punto donde se habían desviado por la mañana.

Volvieron por la misma pista, y tras haber andado un kilómetro se desviaron apenas unos 70 m. para poder ver una castañera. Que por su envergadura tendría más de 100 años. Y aunque sus hojas ya estaban prácticamente todas en el suelo se podía apreciar su extensión.

Tras esta visita, Volvieron a salir a la pista y continuar hasta el pueblo.

Eran prácticamente las 17:30 de la tarde y habían quedado con el autobús a las 6, pues antes no podía partir por la obligación de estar 9 horas parado por lo que nos dio tiempo para tomar un café calentito, que por cierto fueron invitados por José Luís con motivo del nacimiento de un nuevo nieto.  Gracias José Luis y enhorabuena.

Ya sobre las seis y cuarto de la tarde emprendieron el camino de vuelta. No sin antes despedirse de su amiga Adela,  que fue la organizadora de la marcha y agradecerle la preparación de la ruta. Que les dejó gratamente sorprendidos y disfrutaron mucho del día a pesar del frío que pudimos soportar.

Habían caminado 16,5 km los 22 integrantes de esta salida.

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