La salida del mes de febrero por parte de nuestro Grupo, en autobús, y que fue a la vecina provincia de Murcia, concretamente al Parque Regional de Sierra Espuña.

En la España musulmana ya se conocía el macizo de Aspuña. Con el aumento progresivo de asentamientos humanos comenzó el pastoreo y la tala de árboles para la producción de carbón, la construcción de barcos, la minería, la ampliación de zonas de cultivo todo ello lleva al inicio de la deforestación de Sierra Espuña convirtiéndose en un paraje desarbolado al borde del desierto.

Sin embargo un salvador aparece en su historia, Ricardo Codorniu. Este ingeniero forestal comienza a finales del siglo XIX, la increíble reforestación de la sierra, llegando a repoblar 5.000 hectáreas de monte, convirtiéndose en el parque natural que es hoy en día.

Ya han estado en varias ocasiones en este lugar, pero en esta, el presidente José Pérez preparó una nueva variante, partiendo del centro de visitantes de Ricardo Codorniu y terminando en al área recreativa de la Perdiz a través de barrancos, sendas y pistas forestales, realizando un recorrido casi circular de aproximadamente unos 21 kilómetros.

Se juntamos 27 miembros del grupo, casi el autobús completo, pues solo sobraron 2 asientos y las chicas sobrepasaron en número (16 chicas y 11 chicos). Esperan que no sea cosa de un día y se produzca más a menudo.

Madrugaron un poco para que nos diera tiempo a realizar el trayecto y cubrir la distancia hasta la población de Alhama de Murcia. 

Salieron a las 6 de la mañana de Sant Joan y pasaron por San Vicente para recoger al resto de los integrantes del grupo, y tras 2 horas de autobús a las 8 de la mañana llegaron al centro de visitantes de Codorniu, punto de partida de la ruta.

Se hicieron una foto del grupo y enseguida se pusieron a caminar, no eran todavía las 8:30 y nada más salir cogiendo primero la pista forestal y después la senda de la izquierda, por el llamado barranco del Marqués, empezaron a ascender entre los bosques de pinos a través de la umbría de Peña Apartada, toda la senda estaba en perfectas condiciones, se nota el cuidado de los forestales.

La pendiente no era muy pronunciada pues en los 4 primeros km ascendieron unos 400 metros. Como era de esperar con tanta gente y cada uno a un ritmo distinto tuvieron que hacer varias paradas para reagruparse.

Serían las 10 de la mañana cuando llegaron al collado Bermejo (8 km de la ruta)  donde hay un mirador para poder contemplar todo el valle (barranco de Gebas, río Espuña, la sierra de Carrasco y, la cima de Peña Apartada y su umbría). Aquí pararon para almorzar.

Emprendieron la marcha a través de la carretera para enseguida coger una pista forestal que les llevaría hasta lo más alto que íbamos a ascender (1447 metros).

Se hizo un poco axfisiante este tramo ya que fue después de almorzar y tuvieron que ascender 250 metros en 3,5 km.

Enseguida llegaron a los pozos de nieve (llamados de Cartagena y Eleuterio) , algunos reconstruidos, pudiéndose visitar en su interior, otros en reconstrucción y algunos totalmente derruidos (12,5 km. de la ruta). La mayor diferencia entre los pozos de nuestra zona esta en su cubierta, ya que los de aquí es más alta en forma de medio huevo y los de nuestra zona la cubierta es más chata.

Siguieron caminando y en un par de kilómetros se encontraron de nuevo con varios pozos de nieve (pozos de Murcia) los cuales se están reconstruyendo en su totalidad.

Desde aquí y ya cuesta abajo por el barranco de los carrascales, con apenas vegetación, llego la hora de comer, por lo que paramos en lo alto de «Collado Blanco»  

Reanudaron la marcha, descendiendo poco a poco a través del barranco de Leiva. En este paraje la estampa más destacada son sus paredes que se extienden más de 2 kilómetros totalmente en perpendicular al suelo y con alturas de 200 metros en pared vertical. Buena zona para los escaladores.

Desde aquí llegaron a la senda del Dinosaurio. Es un agradable camino que une el barranco de Leyva con el área recreativa de la Perdiz, donde terminó nuestra marcha.

Eran la 4:30 de la tarde y como hasta las 6:00 el autobús no podía moverse por normativa (debe permanecer parado una cantidad de horas) y como el bar seguía abierto, se entretuvieron tomando un café e infusiones y comentado la ruta del día.

A pesar de la distancia recorrida (21 km) no había sido una marcha fuerte, ya que el terreno y las vistas habían contribuido a que así fuera.

Gracias a Pepe Pérez  por la organización y preparación de la ruta, que como siempre no ha defraudado.