Carmen Varó Cremades (Premio Una Vida)

En este 2024, uno de los galardones premia la trayectoria de alguna mujer, en este caso Carmen Varó, que merece ser reconocida y no quedar en el anonimato. Carmen es ejemplo para mucha mujeres al haber peleado durante toda su vida y este premio honra todo su esfuerzo.

PREGUNTA: ¿Cómo se siente al haber recibido este galardón? ¿Quién le viene a la cabeza?

RESPUESTA: Me siento muy agradecida y contenta por este galardón a «una vida» y las personas que me vienen a la cabeza son mi familia y todas las clientas que han confiado en mí y en mi trabajo como modista y diseñadora de ropa.

P: Ha sido testigo de cambios en el papel de la mujer a lo largo de décadas. ¿Cómo ha visto evolucionar el papel de las mujeres en San Vicente, especialmente en su campo, la moda?

R: Muchos cambios, es verdad. Desde que confeccionaba los vestiditos para las muñecas de mis amigas con siete u ocho años hasta que esas mismas amigas se convirtieron en mis clientas. Es verdad que hubo un momento en el que este tipo de labores artesanas, el corte y la confección, estaban muy bien valoradas y a las mujeres nos quedaba muy a mano la posibilidad de aprender en diferentes talleres de costura. Yo me formé en un taller de costura de aquí de San Vicente, el de María Soler, y cuando mi maestra me dijo que ya no podía enseñarme nada más, yo quise seguir aprendiendo y superándome a mí misma, así que me fui a otro taller de costura en Alicante, con Josefa Cerdán, donde aprendí nuevos patrones y a ser también diseñadora de moda. Este aprendizaje me ha hecho ser, en muchos aspectos, independiente económicamente al ejercer mi trabajo como modista, patronista y diseñadora de moda. Estos conocimientos quise compartirlos con otras mujeres, para que ellas también pudieran ser independientes y tener su propio negocio. Fue así que a través del AMPA del Colegio Azorín hice un curso de «Corte y Confección» para otras mujeres y niñas, entre ellas recuerdo que vino María Blasco.

A nivel de costura de San Vicente, una de las evoluciones que más he visto crecer es el del traje de sanvicentera. Hace muchos años, este traje era como el de la alicantina, entonces junto con otras personas, decidimos crear un traje más rústico y valenciano, con la falda a rallas y el mandil negro. A este mandil y al mantón que llevaban las festeras se les añadió bordados hechos por las bordadoras de San Vicente. También incorporamos en el peinado un moño, una peineta y el tocado de las flores de almendro. Esta fue la base del traje tradicional de nuestra tierra y que poco a poco he visto cómo ha ido evolucionando el trabajo y las bases que asentamos muchas otras mujeres.

P: Como alguien que ha dedicado toda su vida a su pasión y comunidad ¿cuál sería su mensaje para las mujeres jóvenes que buscan seguir sus pasos en el mundo de la moda o que desean contribuir de manera significativa a su comunidad?

R: Pues como he dicho antes, creo que hasta hace ya unos años, esta labor y otras labores artesanas estaban muy bien posicionadas y muy bien miradas. Pero ahora la artesanía está poco valorada. Yo les diría a estas mujeres jóvenes que no cesen en su empeño y sobre todo, que estén en continua formación. Es una profesión hoy en día muy complicada de desarrollar, pero no imposible.

P: Después de tantos años en la profesión ¿podría destacar algún aprendizaje clave que ha obtenido a lo largo de su carrera como modista en San Vicente?

R: Creo que uno de mis mayores aprendizajes lo hice cuando pasé a estudiar patronaje en la escuela de confección de Alicante de Josefa Cerdán. Allí me enseñaron otro estilo de patrón diferente al que había aprendido en la escuela de María Solre en San Vicente. Entonces, me di cuenta de que lo que fallaba en un patrón y en otro lo podía solventar haciendo una fusión de los dos patrones. Esta fusión que hice en su momento me ha permitido adaptar perfectamente todos mis vestidos y creaciones a cualquier forma de cuerpo, es algo de lo que estoy muy orgullosa y contenta, especialmente en la creación de corpiños para trajes de fiesta, de sanvicentera o para trajes de novia y madrina.