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CULTURA San Vicente del Raspeig

Homenaje a Rosa Isabel Beviá Antón

Texto de José R. Carbonell Beviá. Mestre d’Escola en su sección «SAN VICENTE, SU MÚSICA Y SUS MÚSICOS EN MI RECUERDO»

San Vicente del Raspeig, allá por las décadas entre los 50 y los 60, era un pueblo que subsistía gracias a la Fábrica de Cementos y a un gran y variado número de talleres. Los había de carpintería, de ebanistería, de confección de ropa, de bordados, de muebles, etc. Prácticamente todos ellos tenían un denominador común, “la radio”. Se empezaba el trabajo e inmediatamente se conectaba el receptor. Las emisoras programaban novelas, informativos, concursos, pero la mayor parte del tiempo lo empleaban en programas de emisión de música variada interpretada por los más famosos cantantes del momento por y para entretenimiento de los/las trabajadores/ras. Las canciones se repetían con mucha frecuencia, probablemente por la falta de material debido a la escasez de medios económicos con que contaban las emisoras. Algunas de estas canciones eran aprendidas por los trabajadores desde su lugar de trabajo y cantadas al unísono con el intérprete profesional. Es decir, gracias a la radio, la gente “cantaba”. Todo esto es mi personal opinión sobre lo que considero la causa principal que generó el elevado auge del canto en nuestra población. Y precisamente la soprano de la que vamos a saber de ella es un vivo ejemplo de lo que acabo de relatar.

Rosa Isabel Beviá Antón, nace en San Vicente el 6 de marzo de 1949. Desde muy joven trabajaba en una peluquería en la que se amenizaban las jornadas de trabajo, escuchando la radio y cantando alguna canción simultaneando la emisión de ésta. El novio de la dueña era precisamente Manuel Monllor Barberá que junto a su padre, ambos componentes de la Masa Coral la Aurora, le proponen su incorporación a dicha agrupación. La directora, Ascensión Guijarro Jover comprueba que tiene muy buenas condiciones para afrontar papeles solistas principales. Tiene una bonita voz, cálida, timbrada, potente, y de bello color, se podría decir que correspondería a una soprano dramática, con un bello registro central. Buena presencia e inteligente y desenvuelta a la hora de afrontar papeles dialogados. La directora, sin pensárselo dos veces, le propone el rol de Aurora en la zarzuela “La del Soto del Parral”, que ella, muy responsablemente, se compromete a afrontar, de tal modo que el 25 de febrero de 1970, se estrena en el Teatro Cine la Esperanza, la obra mencionada, con el siguiente elenco: Ana Isabel Beviá, Benjamín Beviá, Vicente Canals, Mercedes Molina, Alfonso Denia, Francisco Zaballos y José Reig, entre otros. Todo un éxito. Rosi, que es como cariñosamente se le conoce en el pueblo, no precisa la ayuda, el apoyo del apuntador, es decir, tenía los diálogos muy bien aprendidos, muy seguros y perfectamente memorizados, relatados con una clara y excelente dicción. Y continuando con la línea de poner en escena grandes obras del género lírico, el 9 de junio de 1971, se representa una nueva zarzuela. En esta ocasión “La Montería”, obra en dos actos con libreto de Ramos Martín y música de Jacinto Guerrero, en la que Rosa Isabel interpreta el papel de Marta, junto a Benjamín Beviá, Mari Del García y Manuel Monllor Barberá.

La Coral continuó haciendo su repertorio habitual y en esa línea, se concursó en el Certamen de Habaneras y Polifonía de Torrevieja, en la que Rosi tuvo que hacer una pequeña intervención como solista. Le salió muy bonito y se obtuvo una mención emérita.

Se propone representar la zarzuela “Gigantes y Cabezudos”, con letra de Miguel Echegaray y música de Manuel Fernández Caballero. Se solicita la intervención de Rosa Isabel para afrontar el rol de Pilar, personaje central de dicha obra que se estrena como todas las demás en “La Esperanza”, el viernes 27 de diciembre de 1975, a beneficio de la Restauración del Campanario de la Iglesia Parroquial “San Vicente Ferrer”.

Ante el evidente auge con que se van aceptando cada una de las representaciones de todas las zarzuelas, se propone montar la obra “La Rosa del Azafrán”, contando con la participación principal de Rosa Isabel, pero sus tareas como esposa y su avanzado estado de gestación se lo impiden. He de decir que esta obra, nunca se llegó a representar en nuestra localidad. A partir de ese momento deja la Coral y años más tarde, se incorpora al “Coro Parroquial”, siendo una destacada solista.             Para finalizar, quiero dejar constancia de que Rosa Isabel Beviá Antón, ha sido, en mi opinión, la voz de mujer más versátil de cuantas se han dado en nuestro pueblo, cantando espléndidamente roles de soprano con registros muy diferentes. Enhorabuena.      

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