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Carmen Mira Beviá (Galardón “María Blasco”)

 Desde 2014 trabaja en el equipo de Urgenicias generales del Hospital General Universitario de Alicante, llegando a ser coordinadora de urgencias pediátricas.  Coincidiendo con la 3ª ola de esta pandemia, en diciembre de 2020 le nombraron Supervisora General de Urgencias y el pasado mes de octubre el Ministerio de Interior le concedió la Mención Honorífica al esfuerzo y dedicación durante los primeros estadios de esta pandemia. “A lo largo de mi carrera profesional, que ya contemplan 25 años, he podido desarrollar la docencia en diferentes ámbitos de la sanidad, educación, formación, coordinación de equipos y múltiples cursos relacionados con la salud”, señala nuestra protagonista, que como a muchos en su sector las circunstancias han posibilitado que su trabajo, invisible en otros momentos, sea reconocido.

PREGUNTA: ¿Qué supone este galardón para usted?

RESPUESTA: Ha supuesto un reconocimiento de gran responsabilidad. El mayor premio, no es tenerlo, sino merecerlo. Realmente el mejor premio, es merecerlo. Gracias.

P: ¿Cómo ha afrontado una pandemia como la vivida coordinando el servicio de urgencias?

R: Con muchísima entrega y dedicación. Los sanitarios hemos sido el colectivo que ha acusado con mayor intensidad los efectos negativos de la pandemia a nivel personal. Tuve que desprenderme de mis hijos durante meses, primero estaba su seguridad antes que mi faceta como madre. Fue durísimo y horrible, pero mi actual marido supo darme las fuerzas necesarias para seguir adelante cada mañana. Era increíble contemplar delante de tus ojos como los pacientes en escasas horas se te iban de entre las manos, sin poder prácticamente hacer nada. Aquellos que hemos estado en la primera línea de fuego, como es el caso de la enfermería y mucho más en urgencias se nos acumulaba el cansancio, la incertidumbre, la sobrecarga de trabajo y en muchas ocasiones el exceso de responsabilidad. No ha sido fácil y seguimos trabajando sin bajar la guardia.

P: ¿Cómo es la situación de la mujer en su sector?

R: Las enfermeras somos esposas, madres y empleadas domésticas al mismo tiempo, como en cualquier otro colectivo. El rol de la enfermera es una continuación profesionalizada del cuidado doméstico. Ésta podría ser una de las causas, de la desvalorización de nuestro trabajo como enfermeras. El 88% de los cuidados de las personas dependientes se realiza por alguna mujer de la familia, como ha sido mi caso. Es por ello que actualmente el 74% aprox. de la enfermería somos mujeres. No solo es en la actualidad, históricamente está verificado que la profesión de enfermería es propia de mujeres. La enfermería no se le ha reconocido y no ha ocupado el lugar que le corresponde aunque afortunadamente esta visión está cambiando. El 2020 fue declarado el año Internacional de la Enfermería y también como bien sabemos se nos otorgó el premio Princesa de Asturias. La equidad de género ya es un hecho para muchas personas, de las cuales podemos aprender con su ejemplo de vida y de trabajo.

P: ¿Qué retos tiene por delante la mujer para lograr la igualdad?

R: El reto es adaptarse a esta nueva situación, a esta nueva realidad. Conseguir y facilitar la formación continuada de este “nuevo” futuro de la enfermería, en la formación continuada profesional, aspecto importante ante el nuevo perfil de los enfermeros y enfermeras. Lograr fomentar o que al menos, no se detenga la carrera profesional de las mujeres. El hecho de la feminización de esta profesión en sí mismo no sería malo ni bueno, si no correspondido entre ambos sexos. Impulsar equipos de trabajo igualitarios en todos los ámbitos sanitarios.

“Las enfermeras somos esposas, madres y empleadas domésticas al mismo tiempo, como en cualquier otro colectivo”

P: ¿Ha sufrido alguna situación discriminatoria a lo largo de su vida por tu género, o bien conoce algún caso cercano?

R: Afortunadamente, no. No obstante hay que desterrar roles sexuales de la imagen que las enfermeras no queremos dar. Situaciones sexuales, chistes, imágenes machistas que habitualmente recibe este colectivo y que debemos seguir luchando en el día a día para desterrarlas por completo.

P:  ¿Qué mujeres han sido sus referentes a seguir y por qué?

R: Mi madre. Su dedicación a la familia, a los hijos, a sus vecinos, nací en la Calle Mayor y en los años 70 todos los vecinos éramos una familia. Me inculcó el amor y la entrega a los demás, y es por ello que ví en la enfermería el mayor compromiso con esta sociedad.

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